El reverendo Saturnino Cerrato dice que su anhelo por alcanzar la Presidencia de Nicaragua es para sanar el Estado de Derecho y terminar con la corrupción en la gestión pública.
A juicio del reverendo Saturnino Cerrato, el mal mayor de Nicaragua es moral y espiritual; sin embargo, asegura que los sistemas deben priorizar la iniciativa privada como punto de partida para sacar adelante a Nicaragua.
“Debemos trabajar mucho por la parte moral, espiritual, mejorar la justicia y promocionar la educación, porque sin educación no podemos desarrollar el país y es precisamente la educación la que nos va a conducir a una mejor nación, porque además, la educación también forma mejores ciudadanos”, precisó el reverendo Saturnino Cerrato.
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“Yo, como ciudadano nicaragüense, puedo incidir para el bienestar de Nicaragua. Cada vez hay más problemas en el campo político-social y como que el nicaragüense está desesperanzado, como que no hay opción y creo que yo puedo ser elemento unificador que venga a bendecir, a sanar este país”, sostiene Cerrato, quién también afirma estar revestido de una fuerza moral y espiritual para sanar y unificar a la nación.
“Desde la sanidad espiritual, desde la sanidad moral que yo tengo, creo que Nicaragua necesita un líder que tenga respaldo moral y espiritual. Teniendo yo ese conocimiento espiritual y moral, creo que soy la persona más indicada para bendecir este país”, expresa el religioso.
“NO TENGO COLA QUE ME PISEN”
El reverendo Cerrato sostiene que ha llevado una vida transparente para incursionar en la vida política. “Yo no tengo colas de ningún tipo. Pago mis impuestos, mi seguro social y en el campo moral y espiritual no tengo ninguna cola”, reitera Cerrato, quien renunció a la presidencia de las Asambleas de Dios, la congregación evangélica más grande del país, para incursionar en la política.
PROMOVER EL DESARROLLO
Cerrato asegura que el gobierno actual ha promovido la dependencia en la población, lo cual provoca sometimiento; en cambio él apuesta por la promoción del desarrollo sobre la base de promover la iniciativa privada y el fortalecimiento de la educación. “La dependencia causa sometimiento y esos son actos de injusticia y hay que cambiar eso”, reflexiona Cerrato.
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