Desde mediados del siglo XIX, cuando Estados Unidos comenzó a pensar en serio en la construcción de un Canal Interoceánico en Nicaragua, el terminal oriental de la obra sería San Juan de Nicaragua en el Caribe. De allí el Canal seguiría el río San Juan gran parte de su trayectoria hasta el lago Cocibolca y atravesaría nuestro mar dulce hasta llegar a la vecindad de La Virgen en Rivas. Finalmente, llegaría al Pacífico en Brito.
En 1902 el presidente Teodoro Roosevelt y sus aliados en el Senado estadounidense abandonaron la ruta nicaragüense para el Canal Interoceánico y optaron por completar el Canal iniciado por los franceses en Panamá. Este se inauguró en 1914. Pero el sueño de un Canal a través de nuestro territorio nunca murió. Es más, durante los gobiernos de Arnoldo Alemán, Enrique Bolaños y, más recientemente, Daniel Ortega, diferentes promotores ofrecieron construir el Canal. El número de rutas que propusieron para esta magna obra proliferó hasta alcanzar seis. El único constante geográfico de las diversas rutas propuestas desde 1851 —incluyendo la anunciada para el Canal Wang Jing en 2014— es la salida del Canal al Pacífico en Brito.
Ubiquémonos. Brito es una playa en el municipio de Tola, al sur de Guacalito y al norte de San Juan del Sur. Queda en lo que ahora se conoce como la Costa Esmeralda de Nicaragua, la zona de mayor potencial turístico de nuestro país. Pero Brito no cuenta con una bahía natural que se podría acondicionar fácilmente para construir un puerto de aguas profundas. Esto lo afirman los múltiples y serios estudios de ingeniería realizados por gobiernos norteamericanos desde 1851, incluyendo el último del Cuerpo de Ingenieros del Ejército norteamericano en 1931 ¡17 años después que el Canal de Panamá se abrió! Más bien las condiciones topográficas y geológicas de la costa y del mar frente a Brito constituyen un obstáculo mayúsculo para la construcción de un puerto seguro.
En vista de las condiciones desfavorables de Brito, ¿por qué ha sido la única constante en todas las rutas para el Canal nicaragüense? La respuesta es sencilla: es la planicie creada entre la costa del Cocibolca en Rivas y del Pacífico en Brito, creada por los ríos Las Lajas y Brito. Gracias a este corredor no habría necesidad de hacer un corte en la columna vertebral montañosa del istmo de Rivas. Esto, a su vez, eliminaría dolores de cabeza tanto de ingeniería como de construcción en el tramo occidental del Canal y ahorraría mucha plata. Ese accidente geográfico explica la importancia de Brito.
Brindo esta breve reseña histórica por las muchas dudas que ha generado el Canal de Wang Jing. Estas incluyen inquietudes por (i) las condiciones leoninas de la concesión; (ii) la capacidad de Wang como promotor; (iii) la falta de estudios de factibilidad económica y financiera, así como de medioambiente y de ingeniería; y (iv) la feroz oposición de los vecinos en las zonas por donde el Canal pasaría.
Por estas múltiples dudas, cada vez más se escucha que si el proyecto no se hiciese, se realizarían al menos algunos de sus subcomponentes como una suerte de premios de consuelo para Nicaragua. Estos “premios” arrojarían el beneficio de amortiguar el costo político que incurriría el Gobierno al no hacer el Canal. Conforme a esta nueva tesis, construir un puerto de aguas profundas en Brito sería uno de los más importantes de estos premios de consuelo.
Quizás deberíamos de descartar esta tesis, sobre todo porque Telémaco Talavera, vocero de la Comisión del Canal, nos aseguró en un programa de Arellano en la Nación que si no se hiciese el Canal no se harían ninguno de los subproyectos ancilares. Pero a pesar de esa afirmación, no se puede descartar esta estrategia, por eso de que en Nicaragua el corcho se hunde y el plomo flota, y por la improvisación, la falta de transparencia con que se ha manejado el Canal y su dimensión política.
Por si las dudas, por ende, quiero dejar constancia que hacer un puerto en Brito sería un craso error económico y ecológico. Repito lo que concluyeron los estudios norteamericanos de los siglos XIX y comienzos del siglo XX. Por sus condiciones topográficas, Brito jamás se justificaría como puerto si no fuera por el Canal. No es una bahía natural y hacer de sus playas un puerto implicaría altos costos de construcción y de mantenimiento. Además de no ser rentable, un puerto en Brito sería un desperdicio de sus lindas playas y destruiría la armonía ecológica de nuestra Costa Esmeralda, cuyas playas son las joyas de la corona turística de Nicaragua. El desarrollo de las playas de Brito ya se está iniciando y aportar al atractivo turístico de Nicaragua debería de ser el destino de estas playas.
Concluyo con la siguiente observación. Si se trata de brindarle a la nación un premio de consuelo al esfumarse el Canal de Wang Jing, a como creo que ocurrirá, lo indicado sería que el Gobierno destinase fondos para ampliar, modernizar y hacer más eficiente a Corinto, nuestro puerto principal en el Pacífico. El actual Gobierno ha sentenciado a Corinto al olvido. Tan es así que por falta de dragado y de mantenimiento, barcos se han encallado en su Canal de entrada y sus rompeolas y otras instalaciones se han deteriorado. Corregir estas deficiencias y potencializar a Corinto debería de ser la prioridad del Gobierno en materia de puertos, no construir un puerto contra natura en las lindas playas de Brito.
El autor es un economista de desarrollo y fue canciller de Nicaragua.
