Incierta. Así se vislumbra la relación económica entre Nicaragua y Venezuela, ante la tendencia a la baja que mantiene el precio del petróleo en el mercado internacional, y que lo ha hecho perder más del cuarenta por ciento de su valor.
Economistas y políticos temen que los recursos que el país percibe a través del Acuerdo Energético unos 500 millones de dólares anuales que son manejados discrecionalmente por el Gobierno, se reduzcan hasta en un cincuenta por ciento, por lo que sugieren que se busquen mecanismos para evitar afectaciones a los programas sociales y a la economía en general.
En enero del 2014 el crudo venezolano se cotizaba en 95.07 dólares por barril, para la tercera semana de diciembre el precio se desplomó hasta los 46.97 dólares por barril y mantiene la tendencia hacia la baja. A esto hay que sumarle que el país sudamericano inició el 2015 en recesión con una inflación superior al 63 por ciento y que debe enfrentar un año electoral.
El Acuerdo Energético vigente desde el 2007 establece que Nicaragua reciba 27,000 barriles diarios de petróleo o sus equivalentes energéticos. El 50 por ciento del total de esa factura debe pagarlo en 90 días y el restante 50 por ciento en 25 años, con un interés anual del 2 por ciento. La deuda es asumida en partes iguales por la República de Nicaragua y la empresa privada Alba de Nicaragua SA (Albanisa) que invierte esos recursos en obras de infraestructura, proyectos sociales y otros.
También contempla que el convenio puede ser modificado cuando el interés de la República Bolivariana de Venezuela así lo exija.
Según reportes del Banco Central de Nicaragua, en el 2013 la factura petrolera alcanzó los 1,186.3 millones de dólares. Hasta octubre del 2014 sumaba 976.9 millones de dólares.
Esta semana el presidente venezolano Nicolás Maduro dijo que esta situación debe propiciar los cambios económicos que demanda el país. Es el año de la oportunidad, para eso hace falta conciencia y unidad nacional. Hace falta un gran proceso de debate y compromiso nacional, aseguró tras anunciar que habrá cambios importantes en la economía.
[doap_box title=”¿En qué se ha invertido?” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
Según el Informe de Cooperación Oficial Externa del I Semestre del 2014, publicado por el Banco Central de Nicaragua, los proyectos que se han financiado en los últimos años a través del Alba Solidaria con los recursos que Nicaragua obtiene a través de la factura petrolera son:
El programa de ordenamiento de la propiedad.
La carretera Ojo de Agua-Izapa-Empalme a Puerto Sandino.
Caminos de acceso a la producción agropecuaria.
Programa Productivo Alimentario.
Ayuda a damnificados del huracán Félix.
Programa de acopio y comercialización de granos.
Programa Usura Cero.
Otro programas sociales.
Otros programas productivos.
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El economista Adolfo Acevedo considera que el crédito asociado al suministro de petróleo y sus derivados, que se estimaba en unos 500 millones de dólares anuales cuando el precio del crudo rondaba los cien dólares por barril, se reduciría drásticamente, posiblemente a la mitad o algo así.
Esto podría empujar al Gobierno a no bajar la tarifa eléctrica, para de esta manera captar fondos para continuar financiando los denominados programas sociales, prorrogando la reducción de la tarifa para mucho más adelante.
Aunque si la decisión se toma teniendo en cuenta el impacto político, otra opción sería intentar compensar la disminución en el financiamiento a los programas sociales disminuyendo la tarifa eléctrica, con lo cual proporcionaría un alivio considerable a la economía y a la población, indica Acevedo.
No obstante, reconoce que la perspectiva de la relación económica con Venezuela es incierta. Es muy difícil predecir el desenlace de la crisis en ese país, más allá de que la misma se agravara. Si a ello le agregamos el impacto de la finalización de los TPL (Nivel de Preferencia Arancelaria), se comprende la necesidad, imperiosa para el Gobierno, de que inicien cuanto antes las obras de Tumarín y aunque sea las denominadas obras preliminares para el canal, indica Acevedo.
Por su parte el presidente del Partido Liberal Independiente (PLI), Eduardo Montealegre, coincide con Acevedo en que las obras preliminares del Gran Canal y las de la hidroeléctrica Tumarín son una excelente alternativa para compensar esta reducción de recursos.
También teme que continúe la presión sobre aquellos que pagan impuestos. Porque hay un grupo privilegiado de las empresas Alba que no pagan y reconoce que se afectará la economía del país pero en la misma medida que a los negocios del Alba, que incluso podrían posponer algunos proyectos como la refinería.
Montealegre incluso espera un repunte de las actividades que dependen de un petróleo barato y que el Estado pague en menos de seis meses la deuda con la distribuidora de energía.
Mientras tanto, el también economista Luis Murillo recomienda la creación de una política industrial que garantice la diversificación de la producción y oferta exportable nacional y con ello el incremento de los recursos que el país percibe.
El primer elemento requerido es una buena política que garantice fondos para la inversión de estos programas por lo que la creación de dicha política debe concentrarse en la consolidación de mercados y búsqueda de nuevos clientes, al igual que el fomento de la estabilidad laboral.
(Con la colaboración de Yohani López).
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