Aunque son menos sangrientas, escandalosas y visibles que las mafias centroamericanas e internacionales del contrabando de personas, drogas o armas, las cadenas ilícitas del tráfico de bienes arqueológicos en Centroamérica controlan un pujante negocio que abastece colecciones privadas en Estados Unidos, Canadá y Europa y deteriora la riqueza cultural e histórica regional.
Catalogado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como una de las 23 principales modalidades del crimen organizado que operan en Centroamérica, con una complejidad baja, pero con una gravedad y una organización de rango medianas, el negocio del robo, exportación y comercialización ilegal de bienes culturales es controlado por redes de ámbito nacional y transnacional y sigue golpeando al istmo pese a las batidas para intentar eliminarlo o, al menos, reducirlo.
EXTRAEN OBJETOS SAGRADOS
“Las joyas sustraídas, como las cerámicas, el barro, las piedras talladas por nuestros ancestros, para nosotros son reliquias sagradas, no son para comercializarlas, ni para hacer dinero”, afirmó el guatemalteco Diego Cotiy Mas, miembro del Gran Consejo de Autoridades Ancestrales Mayas, Xinkas y Garífunas, máxima representación indígena y afrodescendiente de Guatemala.
[doap_box title=”Lista roja de artefactos” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
Aunque la lista está incompleta describe varias categorías de objetos en peligro que pueden ser sujetos de compra-venta ilícita en el mercado de antigüedades. El listado incluye bienes de los períodos prehispánico en cerámica, metales, lítica, concha y hueso; y colonial y republicano en pintura, escultura, documentos y platería. Por la gran variedad de objetos, formas, estilos y períodos, cualquier antigüedad proveniente de la región deberá considerarse sospechosa y sometida a medidas cautelares, ya que está protegida por las legislaciones de cada país que prohíben su tráfico, exportación y venta. La intención es que eventuales interesados eviten adquirirlos y denuncien el contrabando a las autoridades locales y a la Interpol.
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“Es una riqueza para darle su valor y su honor dentro de nuestro punto de vista sobre el origen y la formación del universo”, dijo Cotiy Mas, en una entrevista con el Diario El Universal (México).
RED OPERA EN EL ISTMO
Encubiertos como supuestos representantes de centros internacionales de investigación, relató, “muchos se aprovecharon y vinieron a nuestros países a saquear sitios arqueológicos. Se llevaron nuestra riqueza a exposiciones públicas y privadas del exterior. Es muy triste pensar que estas piezas han dado mucho dinero y riqueza e historia en otros países, pero el tronco de la cultura que fue robado es nuestro”.
Para luchar contra la expoliación del acervo de los mayas y de otras culturas ancestrales mesoamericanas, los gobiernos de México, Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá han elaborado una “lista roja” de bienes culturales en peligro.
El objetivo es combatir el saqueo y la destrucción de los sitios arqueológicos del área, el robo a museos e iglesias y el tráfico ilícito y contribuir con autoridades judiciales, policiales y aduaneras de la zona para proteger el patrimonio.
La Secretaría de Cultura de la Presidencia de El Salvador informó que la “lista roja” fue concebida como instrumento de ayuda a museos, casas de subasta, comerciantes de arte, coleccionistas y agentes gubernamentales, como sectores interesados, a identificar piezas exportadas ilegalmente de México, Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
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