Las autoridades policiales en Francia identificaron a los hermanos Said Kuachi y Cherif Kuachi, de 34 y 32 años, respectivamente, y a Hamyd Murad, de 18 años, como sospechosos de participar en el ataque contra las oficinas del semanario Charlie Hebdo, que nadie se ha adjudicado, y que dejó 12 muertos y conmocionó al país y al mundo. Hamyd se entregó de forma voluntaria y espontánea a la Policía en Charleville-Mézires.
Dicha entrega de Hamyd ocurrió junto a la frontera con Bélgica, a las 11:00 de la noche, tras haber visto su nombre circular en las redes sociales, según la prensa francesa, lo que abre interrogantes sobre su verdadera implicación en los crímenes.
La Policía francesa difundió un aviso dirigido a toda la ciudadanía en la que identifica a los hermanos Kuachi como presuntos autores materiales y alerta de que estos son “susceptibles de ir armados y son peligrosos”, según la prefectura de París, que especifica que existe una orden de búsqueda y captura contra ellos. Junto con sus nombres se difundieron sus fotografías para facilitar su localización y se pide cualquier información que pueda conducir a su actual paradero.
Un testigo del tiroteo en las oficinas de Charlie Hebdo indicó que uno de los atacantes declaró: “Pueden decir a la prensa que es al-Qaida en Yemen”.
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Cherif Kuachi fue condenado en 2008 por cargos de terrorismo por ayudar a los insurgentes en Irak y sentenciado a 18 meses de cárcel. Durante su juicio, Kuachi declaró “realmente creo en la idea” de pelear contra la coalición encabezada por Estados Unidos en Irak.
Hombres enmascarados irrumpieron en las oficinas del semanario francés, al grito de “Allahu akbar” (Dios es grande) y mataron metódicamente a 12 personas antes de huir. Las caricaturas del profeta Mahoma publicadas en este semanario han recibido frecuentes condenas de musulmanes.
Vestidos de negro con pasamontañas, fusiles automáticos y hablando en Francés impecable, los atacantes obligaron a una caricaturista del semanario, Corinne Rey —quien estaba en la entrada con su hija pequeña— a abrir la puerta.
El personal estaba en una reunión editorial y los atacantes apuntaron directamente al director, Stephane Charbonnier —conocido por su seudónimo Charb—, a quien mataron junto con su guardaespaldas policial, dijo Christophe Crepin, portavoz del sindicato policial.
Rey indicó que los hombres decían ser de al-Qaida. En entrevista con el diario l’Humanité, refirió que los hechos se extendieron por unos cinco minutos.
“¡Oigan! ¡Vengamos al profeta Mahoma! Matamos a Charlie Hebdo”, gritó uno de los hombres, captado por un video desde un edificio cercano que fue transmitido por la televisión francesa. Otras imágenes mostraron a dos agresores vestidos de negro en un cruce de calles que parecían disparar en la acera.
Los pistoleros abandonaron el auto en la Porte de Patin, en el norte de París, y huyeron, señaló la Policía. Francia elevó su nivel de alerta al máximo y reforzó la seguridad en casas de oración, tiendas, oficinas de medios de comunicación y medios de transporte. Las escuelas de la capital suspendieron las clases.
REPUDIO MUNDIAL
Líderes mundiales —como el presidente estadounidense Barack Obama, quien ofreció ayuda para atrapar a los autores de la “horrenda matanza”, la canciller alemana Angela Merkel, el presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro británico David Cameron— condenaron el ataque.
La milicia extremista Estado Islámico y al-Qaida han amenazado con atacar a Francia y minutos antes del ataque Charlie Hebdo había enviado por Twitter una caricatura satírica en la que el líder del grupo expresaba sus deseos de Año Nuevo. Otra caricatura publicada esta semana bajo el título Aún no hay ataques en Francia mostraba a un miliciano que decía “esperen un poco, tenemos hasta fines de enero para presentar nuestros deseos de Año Nuevo”.
Las oficinas de Charlie Hebdo fueron atacadas con bombas incendiarias en 2011, tras un número con una caricatura que parodiaba a Mahoma en su portada. Casi un año después, el semanario volvió a publicar caricaturas sobre el profeta, cosechando denuncias en todo el mundo musulmán. En 2013, la revista Inspire, de la red terrorista al-Qaida, amenazó específicamente a Charb e incluyó un artículo titulado Francia, el invasor imbécil. Un tuitero de al-Qaida que se comunicó ayer con AP dijo que el grupo no se responsabilizaba del ataque, pero dijo que era “inspirador”.