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A finales de diciembre, Telémaco Talavera (en el centro) se reunió con campesinos de La Fonseca, Nueva Guinea, que rechazan el proyecto del Canal. La Prensa/D. López

Telémaco, el vocero del Canal

El último sábado de diciembre de 2014 Telémaco Talavera, vocero de la Comisión del Gran Canal, llega a la Fonseca, colonia de Nueva Guinea. Apenas abandona la camioneta, que permanece encendida las cuatro horas que dura la reunión, suda a chorros. Sus cachetes blancos se colorean. Debe ser por el bochorno, pero también porque imagina lo que le espera en este encuentro.

“El salario que tengo es como rector de la universidad… Yo no tengo varios puestos de trabajo. Yo cumplo mis funciones y considero que trabajar por una obra que va a transformar Nicaragua es parte de mi labor. Alguna gente no me cree y otros piensan que soy tonto”. Telémaco Talavera, vocero de la Comisión del Canal, rector de la UNA y presidente del CNU.

El último sábado de diciembre de 2014 Telémaco Talavera, vocero de la Comisión del Gran Canal, llega a la Fonseca, colonia de Nueva Guinea. Apenas abandona la camioneta, que permanece encendida las cuatro horas que dura la reunión, suda a chorros. Sus cachetes blancos se colorean. Debe ser por el bochorno, pero también porque imagina lo que le espera en este encuentro.

[doap_box title=”Una escuela que se cae” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

Telémaco Talavera estudió sus primeros grados en la escuela Alfredo Alegría, que está en la comunidad El Llano de la Cruz, a escasos seis kilómetros de Jinotega. Las profesoras de esa escuela no lo recuerdan a él, pero sí a sus hermanos, sobre todo a Edmundo. “Todos ellos eran cheles”, dice una de las profesoras que más adelante se topó a los hermanos Talavera Siles en Jinotega, estudiando en el colegio Benjamín Zeledón. Según las docentes, Telémaco fue líder, un carismático líder estudiantil.

Actualmente, la escuela donde aprendió a leer Telémaco Talavera se encuentra en pésimo estado. Las paredes están reventadas. Las maestras dicen que no se invierte en el edificio desde su fundación, en 1962. Por eso, les gustaría apelar a que Talavera estudió allí, y que es abanderado por los temas educativos, para que apoye la remodelación de ese centro escolar, el más importante de El Llano de la Cruz, donde estudian casi 600 niños.

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En la iglesia, el local más grande de la comarca, se han apiñado desde muy temprano unos mil campesinos ansiosos de verle la cara por primera vez. Han bajado de sus fincas y comunidades, para escuchar al vocero de la Comisión del Gran Canal, al mismo que han oído diciendo, por distintos medios de comunicación, que no expropiarán a los campesinos las tierras que serán afectadas por la ruta del proyecto canalero.

Entre la muchedumbre de La Fonseca está Francisca Ramírez Tórrez, una lideresa campesina, de contextura gruesa y bajita, quien ha llegado a escuchar al vocero del Canal, y no le quita los ojos de encima al funcionario.

Telémaco, quien va vestido como vaquero con una camisa manga larga a cuadros, pasa saludando de mano a varios pobladores. Al principio habla fuerte. Les habla de la prosperidad que se espera traiga el Canal al país. Ramírez lo oye pronunciar varias veces la palabra “bienestar” para ellos.

En algún momento de su intervención, los asistentes caen en cuenta que su discurso es vacío y no les está diciendo nada nuevo. Pero sobre todo, a varios, Francisca una de ellos, sus palabras les suenan falsas, huecas. Entonces, algunos campesinos se inquietan, lo interrumpen y le preguntan: “¿Cuál será la ruta del Canal?” “¿Qué va a pasar con nosotros, con nuestras tierras?”. Algunos lo increpan. Le gritan “mentiroso” , “delincuente”.

Talavera, se toca la cara, suda a mares, le pide “respeto” al auditorio exaltado donde se oyen gritos como “aquí no queremos ni un chino”. No una, sino muchas veces pide “respeto” por el micrófono en medio del vendaval de preguntas y reproches incesantes.

Para apaciguar un poco los ánimos, surge como mediador de la situación el cura español Mariano Martínez, quien les dice que Talavera está allí para escuchar, para recoger sus inquietudes y llevárselas al mandatario. Francisca Ramírez dice que ese día los campesinos se desahogaron y se plantaron en que no iban a negociar nada mientras no fueran liberados los campesinos detenidos tras una golpiza policial el 24 de diciembre, y que recobraron su libertad el 30 de diciembre.

Después de cuatro horas, la reunión acaba en un clima tenso y caótico.

Talavera, quien ha estado rodeado de un fuerte dispositivo policial y militar y que llegó acompañado por una comitiva de políticos y funcionarios locales, sale del auditorio. Se monta en la camioneta, que nunca se apagó, y se larga.

Atrás queda una estela de campesinos inconformes, Francisca es de las que se va con la sensación de que perdió el viaje y su tiempo.

Doña Aída Siles y don Edmundo Talavera,  los papás de Telémaco Talavera, en su casa de Jinotega. LA PRENSA/ A. MORALES
Doña Aída Siles y don Edmundo Talavera, los papás de Telémaco Talavera, en su casa de Jinotega. LA PRENSA/ A. MORALES
MÚLTIPLES SOMBREROS

Desde que el Gobierno anunció la construcción del proyecto del Canal Interoceánico, en el 2013, Telémaco Talavera, 53 años, se convirtió en uno de los funcionarios con mayor exposición mediática.

Hasta entonces era conocido por su larga trayectoria al frente de la Universidad Nacional Agraria (UNA), y como coordinador del Consejo Nacional de Universidades (CNU).

El año pasado fue reelegido como rector de la UNA para el período 2014-2018. Cuando acabe ese mandato habrá estado 19 años al frente de esa universidad. “Fui elegido con más del noventa por ciento de los votos”, dice.

En el CNU su trayectoria tampoco ha sido corta. Ya completó 12 años.

“Su trayectoria académica ha sido magnífica”, dice Carlos Tünnermann, exministro de Educación y exrector de la UNAN.

Tünnermann, quien conoce a Talavera desde los años ochenta, dice que ha sido un rector “bastante eficiente”. Lo recuerda especialmente porque en la Universidad Nacional Agraria (UNA) implantó un nuevo modelo educativo y académico.

“Él, internacionalmente ha tenido un buen desempeño y una actuación destacada, con cierto grado de reconocimiento”, en espacios regionales universitarios, según explica Tünnermann.

No obstante, Tünnermann cree que Talavera, al desempeñar tantas funciones, ha puesto su compromiso político por encima de su trayectoria académica. Y eso está provocando que en las universidades vinculadas al CNU no se esté ejerciendo ningún pensamiento crítico, cree Tünnermann, quien no vacila en decir que “son cargos incompatibles. Debería renunciar como rector de la UNA”.

La fachada de la escuela Alfredo Alegría, en la comunidad El Llano de la Cruz en Jinotega,  donde aprendió a leer Telémaco Talavera. Ese edificio escolar está en mal estado. LA PRENSA/ A. MORALES
La fachada de la escuela Alfredo Alegría, en la comunidad El Llano de la Cruz en Jinotega, donde aprendió a leer Telémaco Talavera. Ese edificio escolar está en mal estado. LA PRENSA/ A. MORALES
ASESOR PRESIDENCIAL

Actualmente, Talavera aparece en la televisión más que muchos diputados y ministros, que han enmudecido debido a la política centralizada de información del Gobierno. Está por debajo de la presencia mediática que tiene la secretaria del Consejo de Comunicación y primera dama, Rosario Murillo, quien dirige casi diario mensajes al país.

Por si fuera poco, Talavera también se desempeña como asesor presidencial para temas agropecuarios y educativos.

Se reúne al menos una vez por semana con el mandatario, Daniel Ortega, y la primera dama, Rosario Murillo. A diferencia de otras figuras públicas, Talavera dice que nunca le han dicho que no hable o no dé entrevistas a determinados medios, que hay mucho respeto.

Durante una entrevista que concede en la rectoría de la UNA, un viernes a comienzos de diciembre, cuenta que nunca habla de política con ellos, que solo discuten temas técnicos relacionados a problemas agropecuarios o educativos.

Y sobre los varios cargos que ejerce, él reitera lo que ya ha dicho: que no tiene varios salarios, sino uno. Su única retribución monetaria, aclara, es como rector de la UNA.

“Yo no soy como lo he dicho claramente, probablemente mucha gente ni me lo crea, el salario que tengo es como rector de la universidad. Yo tampoco como rector del CNU devengo ningún salario, yo soy asesor del presidente y no devengo ningún salario, yo no tengo varios puestos de trabajo. Yo cumplo mis funciones y considero que trabajar por una obra que va a transformar Nicaragua es parte de mi labor. Alguna gente no me cree, y otros piensan que soy tonto”.

No tiene el don de la ubicuidad, de estar en todas partes, pero dice que la tecnología es su aliada. “Aún estando fuera del país, le permite (la tecnología) estar atendiendo muchas cosas a la vez”.

A veces, está en las oficinas del CNU, una casona de dos pisos en Bolonia, y desde allí atiende asuntos relacionados al Canal.

Otras veces despacha, desde muy temprano, puede ser a las 6:00 o 6:30 de la mañana, en la rectoría de la UNA. Y su jornada puede acabar hasta muy tarde.

Con 53 años, Talavera es un hombre que duerme poco: entre cuatro y seis horas. Se bebe por lo menos diez tazas de café al día. Antes lo tomaba con mucho azúcar, dice, pero en los últimos años, tras sobrevivir a un cáncer de colon, ha dejado de consumir carnes rojas y el café azucarado. También la sopa de cola y de mondongo que tanto le gustaban, las ha sustituido por la de gallina.

El vicecanciller Manuel Coronel Kautz, Laureano Ortega (hijo del mandatario), Talavera y el diputado sandinista Edwin Castro.  LA PRENSA/ ARCHIVO
El vicecanciller Manuel Coronel Kautz, Laureano Ortega (hijo del mandatario), Talavera y el diputado sandinista Edwin Castro.
LA PRENSA/ ARCHIVO
EL MUNDO RURAL

Los hábitos de beber café, de dormir poco y de atender varias actividades al mismo tiempo, los adquirió desde muy niño, en su natal Jinotega.

Telémaco Talavera Siles es el cuarto de los nueve hijos de Francisco Edmundo Talavera y Aída Siles. Él, un agricultor que no acabó la secundaria. Ella, ama de casa que apenas acabó la primaria.

Doña Aída, su mamá, dice que desde pequeño Telémaco fue muy trabajador y buen estudiante. Siempre fue el mejor alumno de su clase. Obtuvo los mejores promedios en primaria y secundaria. Más tarde lo fue en la universidad, y años después destacaría como el mejor en la maestría y doctorado que hizo en Suecia, versión que el mismo Telémaco ratifica.

¿Era muy estudioso?

“Pues ni tanto, tiene una memoria terrible”, contesta sonriente su mamá.

Don Edmundo dice que desde muy pequeño, Telémaco trabajó y estudió.

“Él siempre fue muy espontáneo para ayudarme”, dice su papá, un hombre de 85 años, quien aún recuerda a su pequeño hijo levantándose a las 4:00 o 5:00 de la mañana desafiando aquel frío jinotegano, para ir a la finca a trabajar con él.

Cuando un día le dijo a don Edmundo que iba a estudiar agronomía, le dio mucha alegría. Es el único de los varones que optó por seguir una profesión ligada al campo.

Talavera es un hombre carismático que está  al frente de la Comisión del Gran Canal, el cuestionado megaproyecto que impulsa el Gobierno.  LA PRENSA/ D. LÓPEZ
Talavera es un hombre carismático que está al frente de la Comisión del Gran Canal, el cuestionado megaproyecto que impulsa el Gobierno.
LA PRENSA/ D. LÓPEZ
PERSONAJE DE LA ODISEA

Don Edmundo no se bachilleró pero dice que siempre le gustó leer todo lo que le caía en las manos. En su juventud leyó mucha literatura clásica, entre ellos la Odisea , donde se topó con el personaje de Telémaco, el hijo de Odiseo y Penélope. Le gustó porque era viajero y determinado. Cuando nació el cuarto de sus hijos con Aída Siles, no dudó en bautizarlo con ese nombre que tanto le había gustado, Telémaco. Cree que su hijo ha sabido honrar al personaje de la novela griega.

Los papás de Telémaco, que viven en Jinotega, en una casa sencilla que está frente al Parque Central de esa ciudad, ven poco a su hijo. De un tiempo para acá se han resignado a verlo más por la televisión. Es seguro que los visita en diciembre, que el fin de año la pasa con ellos, igual que sus otros hijos.

“Es que trabaja mucho”, dice doña Aída, quien a veces lo llama para insistirle que trabaje menos.

EL CÁNCER QUE VA Y VIENE

La preocupación de doña Aída por Telémaco es mayor, desde que él sufrió cáncer de colon hace más de 15 años.

Se lo detectaron en Suecia, donde estaba estudiando. Tenía 38 años. Desde entonces ha sufrido varias recaídas. Por lo menos “le han hecho 11 cirugías”, dice la mamá, quien cuenta que hace poco sufrió una recaída.

Por el cáncer, Telémaco Talavera dice que ha probado de todo. En su prontuario médico anota desde quimioterapia hasta veneno de alacrán. Ha pasado por beber sangre de burro, se ha comido 25 cascabeles molidos, cartílago de tiburón, entre otros.

Últimamente, dice que está probando un tratamiento de células madre con un médico alemán que vive en Nicaragua. Todavía viaja a Cuba a buscar veneno de alacrán que allá fabrican.

Aunque el cáncer lo ha hecho revolcarse de dolor, dice que ni en esos momentos ha pensado en abandonar su trabajo.

“En primer lugar creo que es obligación de uno, hacer todo lo que se pueda mientras pueda, en segundo lugar, creo que si uno se postra más rápido hacen efecto las enfermedades”, dice Telémaco antes de ser interrumpido por su secretaria que le deja en el escritorio varias pastillas.

Vocero del canal, Telemaco Talavera, se reune con habitantes de

EL HERMANO CAÍDO

En la casa de los papás de Talavera hay varias fotografías de los distintos hijos. En una de ellas aparece un joven barbudo. Se trata de Edmundo, el hermano que le seguía a Telémaco y que murió durante una emboscada en 1984. La muerte de Edmundo no solo es el mayor dolor de doña Aída, sino también de Telémaco, según lo confiesa durante la entrevista.

En otra de las fotografías aparece Telémaco en la graduación de su hija. “Es la mayor. Ella estudió en España”, confía orgullosa doña Aída.

Si hay algo que Telémaco ha sacrificado y por trabajar tanto, y sacrifica, es la familia. Por eso, cuando se desconecta del Canal y del mundo de las universidades, pasa tiempo con ellos o escucha música y lee.

“Me gusta escuchar música de todos los tipos. Desde ranchera, bachata, clásica, romántica”, afirma y dice que varía según el estado de ánimo.

“Siempre me gustó leer”, dice y confiesa que el último libro que estuvo leyendo fue uno de Paulo Coelho. “No sé exactamente cómo se llamaba, es el último”. Con ayuda, recuerda que se refiere al Guerrero de la luz.

TIENE RESPUESTA PARA TODO

Talavera es un hombre carismático como lo recuerdan algunas excompañeras de la escuela. Habla mucho. Tiene respuesta para todo. Cuando se le pregunta por qué cree en el Canal, responde de manera casi automática y retórica:

“Yo veo en el Canal como una oportunidad, no como la panacea como tal, sino como un medio importante para que Nicaragua pueda dar un salto en la lucha contra la pobreza, contra el hambre, contra la marginación, incluso contra el deterioro ambiental y por supuesto también a su vez, permitir elevar la competitividad de las empresas. En Nicaragua tenemos todavía, a pesar de que hemos avanzado, problemas serios como el empleo”, explica.

A VECES ENMUDECE

Ese Telémaco mediático, quien siempre da declaraciones a los periodistas, a veces, en algunos foros se le ha visto enmudecer. Después del encuentro en La Fonseca, fue a San Miguelito, donde un campesino lo increpó:

“Señor Talavera, ¿de dónde sacó esa encuesta que (dice que) el 85 por ciento de los campesinos queremos Canal? ¿Qué va a pasar conmigo, usted me va a llevar a su apartamento a recoger hojas del jardín? ¿Para qué le puede servir un campesino botas de hule como yo?”, le dijo Jairo Lazo, uno de los campesinos que estuvo detenido a finales de diciembre. Telémaco no respondió, según refiere la nota periodística del 3 de enero. Hizo una pausa, recordó que es el vocero del Canal, y luego siguió:

“El Canal es una carretera acuática y que los nicaragüenses van a tener libre acceso, no van a tener que presentar pasaportes como en Panamá”.

Boletin Reportajes Canal Nueva Guinea Telemaco Talavera archivo

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COMENTARIOS

  1. Valessa Cruz
    Hace 9 años

    Don Télemaco no puede andar montado en tantos machos y mas cuando estos no van de la mano y son tan contradictorios siendo rector de la UNA no solo debería promover una mejor EDUCACIÓN sino también la protección del medio ambiente y la construcción del canal el que traiga beneficio o no al país es inverosímil porque a que precio será?…ya que perjudicará de gran manera nuestro medio ambiente.Deberían invertir más en la educación que es más importante.

  2. carlos gonzalez
    Hace 9 años

    Considero a don Telemaco Talavera una persona sincera y muy profesional. Adelante Nicaragua el futuro es de todos.

  3. VENDE PATRIAS NO
    Hace 9 años

    Ni con órden de la Corte Supre de Justicia ha querido devolver las propiedades a los familiares del comandante Franklin, menos que le pague a los campesinos que no van a tener el amparo de la CSJ.

  4. Luis
    Hace 9 años

    Que pasa con nuestro bello país? Nunca hemos sanido ser hermanos, la violencia la mentira siempre han prevalecido, porque no decir la verdad, porque ocultar cosas que después saldrán a la luz, son nuestros campesinos los que han trabajado sus tierras y la aman con amor entrañable, que la han cultivado por años para nuestro sustento , Nicaragua este bello, hermoso y privilegiado pedazo de tierra que nos dio Dios es para los nicaragüenses

  5. Edward Jimenez
    Hace 9 años

    De una Estrella en la academia, ha pasado a ser un Estela política que promueve las confiscaciones de tierra CAMPESINAS. No le esta saliendo nada bien la aritmética a Trancavera. Del respeto que gozaba,solo queda el recuerdo de lo que hubiera podido ser Nicaragua que si en vez de política nos concentráramos en EDUCACIÓN.

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