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Marvin Saballos Ramírez

El Güegüense es Charlie Hebdo

“Je suis Charlie”: yo soy Charlie, es el lema que une a Europa, y a buena parte del mundo, en defensa de la libertad de expresión, uno de los derechos fundamentales de la sociedad y de la persona humana, una respuesta de solidaridad y defensa al sentirse amenazada esta libertad por el atentado de sectores intolerantes que mataron a sangre fría a doce miembros del personal del periódico francés Charlie Hebdo .

¿Qué tiene que ver el semanario satírico francés Charlie Hebdo con nuestra comedia satírica El Güegüense? Eso, precisamente: la sátira, el discurso o dicho agudo, picante y mordaz, dirigido a criticar o a denunciar con humor situaciones, fenómenos o personajes de la vida social, especialmente los relacionados con las distintas formas del poder y sus abusos e inconsecuencias.

Si en algo todos parecen estar de acuerdo sobre El Güegüense es precisamente en que se trata de una comedia satírica, que critica y denuncia los abusos de alguna forma de poder colonial, no importa si la sátira está dirigida a una autoridad española o una autoridad indígena al servicio del poder colonial.

Y para criticar el poder, hay que ser valiente. Los dibujantes y redactores de Charles Hebdo pagaron con su vida, como lo han hecho a lo largo de la historia en diferentes épocas y países incontables personas que han luchado por la libertad en sus respectivas sociedades. Y por los caricaturistas mártires, doblaron en homenaje de duelo las campanas de Nuestra Señora, la gran catedral de París, uno de los templos emblemáticos de la cristiandad.

La sátira recurre al humor, a la ironía, a los dobles sentidos para llamar la atención sobre lo criticado. El dibujo caricaturesco, o la máscara, no son más que recursos para hacer llegar el mensaje. No es ocultamiento o doblez, todo lo contrario, es proclama o denuncia pública, busca que todos conozcan su mensaje.

Me pregunto: ¿Acusaríamos de doble cara, de hipocresía, a los caricaturistas de hoy por recurrir al humor, a la sátira, a figuras alegóricas, para expresar su mensaje sobre los acontecimientos contemporáneos? Parece que no, cuando arriesgan hasta el pellejo. Y de esa misma madera está hecho nuestro Güegüense.

Ubicándonos en la época en que se data la escritura original de El Güegüense, debemos considerar que en una sociedad 100 por ciento analfabeta como lo era la nicaragüense del siglo XVI (los letrados eran una rarísima excepción), contando únicamente con recursos comunicativos directos, cara a cara, el teatro venía a ser un medio de comunicación excepcional, el cual para captar la atención de un público ambulante, debía igualmente recurrir al humor, la sátira, la chanza, a fin de transmitir su mensaje. Eso parece haberlo logrado magníficamente El Güegüense, al punto de haber logrado sobrevivir a tantos siglos de agitada historia nacional. Las máscaras, hoy malconsideradas como una forma de hipocresía, de querer imitar, de apropiarse de la identidad del conquistador, eran en su época un recurso teatral, nada de ocultamiento o mimetismo cultural. Es como pensar que el seudónimo con que tradicionalmente firman los caricaturistas es para ocultar su identidad, todo el mundo sabe quiénes son los dibujantes. Igual sería pensar que el nombre artístico que usan los actores de cine o teatro es también para ocultarse. Son simples recursos para buscar un nombre llamativo, que atraiga al público. Al igual que la máscara en los antiguos teatros. Al igual que las máscaras de los personajes de El Güegüense, o de los muchos bailes tradicionales en la cultura nicaragüense, como el Toro Huaco, La Vieja y el Viejo, Las Negras.

El Güegüense denuncia humorísticamente la corrupción de las autoridades, del poder de su época. Charles Hebdo satiriza en el mundo contemporáneo.

Charles Hebdo es un Güegüense.

¡Matateco Dio Mispiales!

El autor es sociólogo

Opinión #CharlieHebdo Güegüense archivo

COMENTARIOS

  1. Oscar Angel
    Hace 9 años

    No podemos comparar al Güegüense con la revista Charlie Hebdo. Esta revista satírica, abusando de la libertad de expresión, irrespeta de manera soez y vulgar a las diferentes religiones del mundo. Ya lo dijo el papa, la libertad de expresión tiene un limite! Hay que respetar a las demás religiones! No hay que provocar! Lo cual no quiere decir que vamos ir a matar a los editores de dicha revista. Los nicas no somos vulgares, por eso no somos Charlie Hebdo.No repitamos como lora lo que dicen.

  2. Hace 9 años

    Gracias a dios hay libertad de expresion em Nicaragua, la Prensa y radio Corporacion dicen los que les viene en gana…viva la libertad fe expresion

  3. lector
    Hace 9 años

    No dejemos atras, el baile de los borregos.

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