José Campusano, quien corre como si le debieran dinero, hizo anoche una exhibición de poder en el momento decisivo a través de un cuadrangular, y además de electrizar a la multitud congregada en el Estadio Nacional Denis Martínez, empujó al Bóer a un triunfo 4-3 sobre los Gigantes, en un partido que se extendió a 13 episodios.
Ofilio Castro se fue de 5-4 por los Gigantes, pero su esfuerzo fue inútil para los Gigantes, que hoy a las 4:00 p.m. irán con Frank del Valle intentando frenar la avalancha, mientras Rodney Rodríguez irá por los Indios del Bóer. [/doap_box]
Campusano sacó un proyectil que se introdujo entre los aficionados apostados en el jardín derecho y dejó en el campo a los rivenses, mientras creaba una atmósfera embriagadora y el entusiasmo alcanzó lo indescriptible, en la segunda batalla de la Serie Final.
De esta forma, los Indios toman ventaja 2-0 en la serie ante los Gigantes, que partieron como favoritos al inicio. Ahora están abajo y los agotados brazos del Bóer, comienzan a ponerse en su punto para el resto de las batallas.
Los Gigantes parecían venir por la revancha tras caer el viernes 5-3. Y se fueron arriba 1-0 en el inicio del partido, pero el Bóer contestó en el segundo para nivelar 1-1 y darle la primera razón para emocionar a sus seguidores.
Los sureños batallaron, pero se fueron arriba 2-1 en el tercero, sin embargo, de nuevo respondió el Bóer y se fue al frente 3-2, mediante jonrón de Jesús Valdez ante Alexis Candelario en el quinto.
Para entonces, ya estaba en la loma por la tribu Róger Marín, en relevo de Gustavo Martínez, pero cuando se logró la ventaja, apareció Paul Estrada y se lanzó un trabajo de película, solo alterado por el empate 3-3 en el séptimo, gracias a remolque de Ofilio Castro.
Los Gigantes pusieron en acción a todo su bullpen y aunque con más apuros que Estrada, mantuvieron el 3-3 que se prolongó hasta la entrada 13, cuando emergió Campusano, un corredor que se mueve como bala, pero que ayer sacó un misil ante Carlos Morla, que estremeció el anquilosado estadio de Managua y colocó al Bóer en ruta hacia la gloria.