Del Canal Interoceánico de Nicaragua se dijo que generaría un millón de empleos, que se construiría un oleoducto y un canal seco, que sería un negocio del Estado y que incluso costaría treinta mil millones de dólares.
En menos de tres años las informaciones han cambiado y muchas de las promesas se desvanecieron en boca de sus propios representantes y voceros.
Revista Domingo les presenta siete de las más grandes y evidentes mentiras que se dijeron sobre el polémico megaproyecto y cómo han sido desmentidas una a una.
OLEODUCTO Y CANAL SECO
Cuando se aprobó la Ley 840, Ley especial para el Desarrollo de Infraestructura y Transporte Atingente al Canal Interoceánico, se contempló la construcción de ocho subproyectos. Un oleoducto, dos puertos de aguas profundas, un canal seco para la construcción de una vía férrea, dos zonas de libre comercio y dos aeropuertos.
Pero eso cambió el 7 de julio del año pasado, cuando presentaron la que sería oficialmente la ruta por la que se construiría el Canal.
HKND suprimió durante la presentación de la ruta definitiva del Canal, el oleoducto, el canal seco y una de las zonas de libre comercio y se agregó una fábrica de explosivos, cuatro centros vacacionales y una hidroeléctrica. Además dejaron abierta la posibilidad de continuar agregando otros proyectos conforme se fuera avanzando con la obra.
UN MILLÓN DE EMPLEOS
Una de las primeras promesas que salió de la autoridad del Gran Canal Interoceánico fue que se generarían un millón de empleos. Manuel Coronel Kautz, presidente de la autoridad del Canal, dijo en enero del 2014 que “se calcula en alrededor de un millón de hombres los necesarios para trabajar en la ejecución del megaproyecto”.
Sin embargo, un año después, las proyecciones bajaron. HKND publicó en su sitio web que “van a participar de forma directa en la construcción de este proyecto más de cincuenta mil trabajadores. En la etapa de operación se van a generar más de doscientos mil empleos”.
Además de esto, HKND aclaró que de los 50,000 empleos, 25,000 serían para nicaragüenses mientras que el otro cincuenta por ciento sería para técnicos extranjeros incluidos asiáticos.
Esta promesa del millón de empleos también había sido repetida en noviembre del 2014 por el presidente de la Cámara de la Construcción de Nicaragua, Benjamín Lanzas.
CARRETERAS Y TROCHAS
Cuando HKND presentó por primera vez el proyecto del Canal Interoceánico a la ciudadanía se habló de la construcción de una carretera paralela a la obra y una segunda para enlazar vías al Canal. “La primera para enlazar los subproyectos con la red actual de carreteras y la segunda para satisfacer la demanda en el cambio de volumen de transporte, como consecuencia del Canal”. En diciembre pasado HKND anunció que abriría un proceso de licitación para que empresas nicaragüenses pudieran participar y desarrollar la carretera. La noticia fue confirmada por el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, José Adán Aguerri, y el presidente de la Cámara de la Construcción, Benjamín Lanzas.
Tras esos anuncios HKND comunicó que se utilizarían carreteras y vías existentes para el desarrollo del Canal y en el inicio de las obras en los primeros días de enero, la empresa destacó entre sus informes de impacto ambiental que: “Las obras de inicio son de envergadura modesta: cinco segmentos de vías de acceso de grava con un total de 10.6 kilómetros, el mejoramiento de dos vías de acceso existentes y la extensión de 1.1 kilómetros de una vía de acceso existente, el desbroce de un corredor de cincuenta metros de ancho y 23.6 kilómetros de largo e instalaciones auxiliares. La fuerza laboral de unos 150 trabajadores será nicaragüense y se alojará en viviendas existentes; la oficina de construcción también será establecida en una edificación existente”.
EXPLOSIVOS
La versión sobre uso de explosivos en el dragado del Lago de Nicaragua está lleno de contradicciones que ha divulgado el vocero del Canal Interoceánico, Telémaco Talavera. El 7 de julio del 2014, cuando se anunció las obras que se descartarían en el Canal y las nuevas que se incluirían, se dejó claro que se construiría una fábrica de explosivos que servirían para abrir paso por montañas y lugares donde sería complicada la excavación. En octubre de ese mismo año, Talavera defendió el uso de explosivos: “Cuando uno escucha a muchos colegas, da la impresión que se van a usar explosivos en todo el lago. El Canal usará menos del uno por ciento de la superficie del lago y solo se usarán explosivos donde sea necesario. Solo una vez, para profundizar. Luego viene el dragado y limpieza, que en todas partes hay. Es como cuando uno hace una casa, las bases las hace una vez. Luego barre y lampacea todas las veces que sea necesario. Igual en esto. Solamente en ese punto localizado, una vez en la vida, para profundizar el lago, se haría la fragmentación de la roca y luego un dragado de limpieza”, expresó. Pero Talavera se contradijo un mes después, cuando aseguró: “En el Lago no se van a usar explosivos. No. Se van a usar otras técnicas para evitar afectaciones en el Lago directamente”.
EL COSTO
En el Plan de Desarrollo Humano, presentado por el Gobierno para los períodos 2012-2016, se estableció que el costo del Canal Interoceánico sería de treinta mil millones de dólares y duraría unos diez años para que pudiera ser terminado. Así también había quedado establecido en el memorándum de entendimiento que firmó HKND con la autoridad del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua en septiembre del 2012.
En el 2013 ya se empezaba a hablar de un Canal que llegaría a costar hasta cuarenta mil millones de dólares, aunque el vocero de HKND, Ronald Maclean, dijo al Canal 8 de Televisión que “esa es una cifra (40,000 millones de dólares) que viene de atrás en Nicaragua, nosotros no la negamos, ni la confirmamos porque no sabemos, hay gente que dice que podría ser bastante menos”.
En septiembre del 2014 el costo del Canal se volvió a elevar y mediante un comunicado de prensa HKND nuevamente volvió a generar opiniones encontradas entre analistas, cuando anunció que “el costo estimado del megaproyecto está calculado en cincuenta mil millones de dólares”.
PROPIEDADES A PRECIOS JUSTOS
Cuando la Asamblea Nacional aprobó la Ley 840 dejaron establecido que el pago de indemnizaciones para las propiedades que serían expropiadas para la construcción del Canal sería “equivalente al valor catastral de la correspondiente propiedad requerida, calculado de acuerdo con los requisitos y reglamentos de valuación establecidos por la Comisión Nacional de Catastro de Nicaragua para la municipalidad correspondiente. Sin embargo, se aplicará como valor de la indemnización por expropiación el valor justo de mercado de dicha propiedad requerida.
El año 2015 empezó dándole un susto a los dueños de propiedades y empresarios del país cuando la misma HKND dejó claro en uno de sus estudios de impacto ambiental que las obras de inicio del Canal cumplen con la legislación y normativa nacional y las buenas prácticas internacionales “con una excepción: la adquisición y compensación por compra de tierras, dado que los requisitos mínimos de las Leyes No. 840 y Acuerdo Marco de Concesiones e implementación no cumplen a cabalidad con estándares internacionales”. Hasta el momento no se sabe cuál será entonces el procedimiento que HKND utilizará para la adquisición de las propiedades.
LAS GANANCIAS DE NICARAGUA
La Asamblea Nacional aprobó en el 2012 la Ley 800, Ley del Régimen Jurídico del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua y creación de la Autoridad del Gran Canal en la que dejaron establecido en el artículo 3 que “el Estado de Nicaragua recibirá el 51 por ciento de los beneficios netos de la Empresa Gran Nacional de El Gran Canal de Nicaragua”.
En junio del 2013, la Ley 840 fue aprobada en la Asamblea Nacional para derogar la anterior Ley 800 y se cambió los términos para Nicaragua. Siendo así, en el artículo 10, primero se establece que “Nicaragua recibirá pagos anuales en efectivo hasta por diez millones de dólares durante diez años” y más adelante también indica que: “El derecho a participar en los ingresos económicos de cada subproyecto de acuerdo con los términos del MCA, con participación patrimonial inicialmente representada por el uno por ciento de los subproyectos mantenidos directa o indirectamente por el inversionista.
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