Sin duda que Gloria Álvarez es una mujer valiente, además de culta y talentosa. Pero el mayor de sus méritos es su beligerante toma de partido en favor de la República, o sea de la libertad y la democracia, y contra el populismo que representa y practica todo lo que es contrario a los valores y principios republicanos.
Gloria Álvarez, centroamericana de Guatemala, llegó a Nicaragua el lunes de esta semana para ofrecer un par de conferencias sobre el tema Populismo versus República y declaraciones a los medios de comunicación. Pero desde su ingreso al país comprobó por su propia experiencia la ordinariez del poder populista, al ser sometida en el aeropuerto de Managua a un interrogatorio arbitrario, intimidatorio y provocador, que ella pudo neutralizar gracias a su indiscutible superioridad intelectual y moral respecto a sus arbitrarios inquisidores.
Después Gloria Álvarez siguió conociendo la grotesca realidad del poder populista que ella denuncia en sus discursos y conferencias, al ser informada de que la conferencia que ofrecería en la Universidad Politécnica (Upoli) fue cancelada por disposición de las autoridades de dicha institución académica, debido a las amenazas de una organización estudiantil gobiernista de que atacarían con artefactos explosivos el recinto universitario si ella llegaba a presentar su ponencia.
Gloria Álvarez es una joven politóloga de Guatemala, directora del Movimiento Cívico Nacional de ese país centroamericano. Ella adquirió celebridad internacional como brillante expositora del pensamiento republicano democrático, al desenmascarar las falacias y denunciar las atrocidades de los regímenes populistas en un discurso que pronunció a mediados de septiembre del año pasado en Zaragoza, España, durante una reunión del Parlamento Iberoamericano de la Juventud.
En esa sesión parlamentaria juvenil en la cual se discutió el tema Democracia y participación política, Gloria Álvarez parecía referirse específicamente a la situación de Nicaragua, bajo el régimen de Daniel Ortega, al denunciar que “el populismo busca desmantelar las instituciones, para luego reescribir las constituciones y acomodarlas a los antojos de los líderes corruptos que tenemos en Latinoamérica”.
Pero además, con el sentido autocrítico propio de las personas genuinamente democráticas, Gloria Álvarez señaló también que “el populismo no ha llegado hasta el poder por pura casualidad, y también es parte nuestra no solo denunciar las atrocidades que el populismo comete contra nuestras instituciones, sino también reconocer el pésimo trabajo de los sistemas gubernamentales que precedieron y que llevaron a la absoluta crisis a las poblaciones que en su desesperación recurrieron a estos líderes, a veces por vías democráticas, y que por lo mismo justifican su permanencia en el poder”.
Gloria Álvarez dice que “más que de izquierdas y derechas, en la actualidad deberíamos hablar de populismo versus república”. Plantea justamente que al populismo hay que combatirlo “teniendo como bandera la República, para rescatar las instituciones basados en la razón, la lógica, los argumentos y el intercambio de ideas”. Pero en Nicaragua ella comprobó que la “razón” de los gorilas populistas es la intolerancia represiva.