El papa Francisco recordó ayer a las autoridades y los agentes encargados de la vigilancia y seguridad del Vaticano que existen “sombras y peligros”. La advertencia fue pronunciada en un momento delicado por la alerta ante posibles atentados en Europa.
Sin confirmar si ha recibido amenazas directas de grupos radicales islámicos, el pontífice instó a los agentes que trabajan con la Guardia Suiza a “no desanimarse” ante lo que pueda ocurrir.
En el tradicional discurso que el pontífice pronuncia en año nuevo, Francisco admitió que “en el horizonte, vemos sombras y peligros que preocupan a la humanidad”. Sin embargo, los invitó a “no perder la esperanza” y a convertirse en punto de referencia para los cientos de fieles y turistas que a diario visitan el Vaticano.
En declaraciones a la prensa durante el vuelo de regreso de Sri Lanka y Filipinas, Francisco reiteró que “no tiene miedo a morir” en un atentado y que lo que más le preocupa son los fieles.
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