La iglesia Católica de El Salvador demandó este domingo a las autoridades cambiar el enfoque represivo por otro más humano para afrontar la violencia homicida en el país, generada por las pandillas.
“Perdonen que sea un poquito radical (…) pero creo que que ya es es tiempo de cambiar de enfoque, cambiar de perspectiva, pero desde otro ángulo, un ángulo que sea humano, un ángulo que dé a cada ser humano una oportunidad (de conversión)”, declaró el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez, tras celebrar la misa dominical.
A pesar que las pandillas o maras tienen vigente una tregua desde marzo de 2012, la violencia dejó en enero pasado 11 homicidios por día.
El religioso censuró la represión que en enero adoptó el gobierno al llamar a los policías a usar sus armas para defenderse de las pandillas sin temor a represalias, y a la Asamblea Legislativa (Congreso) por aprobar reformas legales para endurecer las penas contra atacantes de agentes de seguridad, fiscales o jueces.
“El Ejecutivo y Legislativo para mí están haciéndolo mal”, comentó Rosa Chávez.
Para el prelado, este cambio de enfoque también pasa porque las pandillas dejen libre al “militante” de “escoger un camino”, en lugar de condenar a muerte a los jóvenes por salirse de las maras, que consideró algo “demoníaco” y “satánico”.
A fines de enero, las pandillas acordaron reducir el repunte de homicidios y afirmaron estar dispuestas a entrar en “un proceso serio de búsqueda de la paz”, pero el gobierno aseguró que no negociará con ellas.
“A nadie se le puede negar el diálogo, por lo tanto nadie puede estar excluido”, aclaró el obispo, quien es vocero del Consejo de Seguridad, una instancia del gobierno y la sociedad civil.
Enfrentar a las pandillas no se trata de una negociación, sino de lograr “una conversión, un cambio de actitud” para que puedan “rehacer su vida” y ser gente de paz, explicó.
Las pandillas salvadoreñas tienen unos 60.000 miembros en las calles y más de 10.000 encarcelados.