Según el experto en Arqueología Rigoberto Navarro, la promoción relativa a la conservación del patrimonio arqueológico en Nicaragua ha sido de “bajo perfil”, si se compara con la promoción recibida por otras leyes, como las ambientales.
La Ley de Protección al Patrimonio Cultural de la Nación, creada en 1981, es desconocida para muchas personas, a pesar de que el Instituto Nicaragüense de Cultura ha hecho intentos de darla a conocer a través de seminarios, talleres y hasta juicios contra los que cometen delitos contra el patrimonio arqueológico. Para Navarro, “hace falta una campaña intensa y masiva para dar a conocer dicha Ley”.
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Para el doctor en Arqueología, Rigoberto Navarro Genie, “cualquier proyecto que se desarrolle en zonas con potencial arqueológico implica un alto riesgo de impacto sobre el patrimonio arqueológico, paleontológico y patrimonio cultural sumergido (PCS), por ejemplo las construcciones de presas, carreteras, urbanizaciones, etc. Por lo tanto es normal que el Gran Canal represente una amenaza para estos recursos”, refirió el experto, sobre la posibilidad de que el proyecto del Gran Canal pueda afectar la preservación de piezas como las 15 mil entregadas por HKND Group al Instituto Nicaragüense de Cultura (INC) la semana pasada.
Sin embargo, para Navarro “el porcentaje de alteración al patrimonio va a depender de la forma cómo se organice y se conduzcan las subsecuentes acciones de investigación, conservación y mitigación de las zonas de influencia directa del proyecto”.
Según el especialista, graduado en la Universidad Sorbonne de París, Francia, “si el proyecto sigue cumpliendo adecuadamente con la Ley de Protección al Patrimonio Cultural de la Nación, el riesgo se transformará en un aporte positivo para el conocimiento de nuestro patrimonio cultural, de lo contrario será un enorme desastre para la arqueología nacional”.
“Los materiales entregados, aunque son una pequeña muestra de lo que representa el potencial arqueológico del territorio y de su valor cultural, es notable porque provienen de áreas no exploradas previamente y colectados con técnicas arqueológicas adecuadas. En cuanto a Arqueología se puede decir que la información ofrecida representa la punta del iceberg (…). Mi experiencia de treinta años en Arqueología me indica que esas cantidades de sitios arqueológicos encontrados corresponden al 60 y 70 por ciento de lo que en realidad existe”, destacó Navarro.
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