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Un hombre toma un fotografía de un cartel con la imagen de Bob Marley durante la exposición del Concurso Internacional de afiches alusivos al reggae. LAPRENSA/EFE

Bob Marley, ícono del reggae

Hace unos meses se festejó el treinta aniversario de la aparición del disco mítico Legend de Bob Marley y The Wailers, del que se han vendido en torno a 28 millones de ejemplares y ahora, a los setenta años del nacimiento del cantante, su recuerdo permanece vivo.

[doap_box title=”EL FENÓMENO RASTA” box_color=”#336699″ class=”aside-box”] ¿Qué es ser rastafari y por qué se sumó a este movimiento Marley? Los seguidores de esta ideología de corte sociocultural y religioso consideran al que fuera emperador de Etiopía, Haile Selassie, como la reencarnación de su mesías, en el marco de una filosofía de nacionalismo negro que defendía el panafricanismo como liberación. El nombre proviene del prefijo “ras”, que significaba en idioma amárico de Etiopía, príncipe del imperio, y tafari, que era el original nombre de Selassie antes de su coronación. Para ellos este mandatario fue la reencarnación de Dios.

Su idea es que Dios vive dentro de nosotros, en el corazón y que África es la gran madre de donde todos procedemos, por lo que los africanos son el pueblo sagrado y la raza negra. [/doap_box]

Hace unos meses se festejó el treinta aniversario de la aparición del disco mítico Legend de Bob Marley y The Wailers, del que se han vendido en torno a 28 millones de ejemplares y ahora, a los setenta años del nacimiento del cantante, su recuerdo permanece vivo y su influencia sigue sintiéndose en numerosos ritmos y creaciones musicales en pleno siglo XXI.

Pero no solo en la música, también en los bolsillos de sus herederos ya que, según la revista Forbes , el jamaiquino generó el año 2013 más de 18 millones de dólares por los derechos sobre sus canciones, solo superado entre los “mitos del más allá”, por Elvis Presley y Michael Jackson.

Todo comenzó el 6 de febrero de 1945, fecha de su nacimiento, en Nine Mile, un pequeño pueblo jamaiquino perteneciente a Saint Ann Parish, a unos treinta kilómetros al noroeste de la capital, Kingston, donde hoy en día se ofrecen visitas guiadas a la modesta casa-museo del cantante con guías rastafari, y donde también se encuentra su mausoleo.

Verona Sutton (izq.) y Suzette Robinson (der.)  colocan flores en la estatua de Bob Marley en el museo que lleva su nombre en Kingston (Jamaica). LAPRENSA/EFE
Verona Sutton (izq.) y Suzette Robinson (der.) colocan flores en la estatua de Bob Marley en el museo que lleva su nombre en Kingston (Jamaica).
LAPRENSA/EFE

Su vida no fue un lecho de rosas, aunque Marley siempre se caracterizó por su buen humor y su visión positiva de las cosas, ya que su familia era muy pobre y desestructurada.

Su madre era Cedella “Ciddy” Malcolm —tras su segundo matrimonio adoptó el apellido Booker—, una guapa mujer de color, y su progenitor, Noreman Marley, jamaiquino pero de origen inglés, capitán del ejército británico, que no se quiso hacer cargo de él por presiones familiares.

Así es que el cantante vivió con su madre y, finalizando la década de los años cincuenta, se trasladaron a uno de los barrios más pobres de la capital, conocido como Trenchtown, que fue donde el artista se inició en la música y el lugar en el que, en 1963, grabó su primera canción Judge Not , con la influencia, entre otros creadores, de Ray Charles o Fats Domino; y formó su primer grupo, denominado Wailin Wailers, junto con Peter Tosh y Bunny Wailer.

Una canción le aupó en este barrio marginal, Simmer down , un canto contra las bandas que operaban en la capital jamaiquina y en la que efectuaba una llamada a la paz y a la convivencia. Fue el comienzo de la carrera en su amada tierra.

UNA CUBANA A LA SOMBRA DEL MITO

En aquella época conoció a Rita Anderson, una cantante nacida en 1946 en Santiago de Cuba, que trabajaba en el trío The Soulettes .

En 1966 se casó con ella y el grupo en el que trabajaba comenzó a hacer los coros del conjunto de Marley.

Al contraer matrimonio, Bob Marley adoptó a los dos niños que ya tenía Rita y, de su unión, nacieron otros tres .

Los hijos de la pareja son: Sharon, nacida el 23 de noviembre de 1964; Cedella, 23 de agosto de 1967; David “Ziggy”, 17 de octubre de 1968; Stephen, 20 de abril de 1972 y Stephanie del 17 de agosto de 1974.

Pero el cantante dejó a su esposa cuando se hizo famoso internacionalmente y volvió a Kingston, donde se instaló en una mansión y mantuvo relaciones con muchas mujeres de clase media o alta.

Se dice que Rita, incluso se ocupó de cuidar y educar a algunos de los hijos que nacieron de estas relaciones extramatrimoniales de Marley.

Rita Marley,  viuda de Bob Marley. LAPRENSA/EFE
Rita Marley, viuda de Bob Marley.
LAPRENSA/EFE

Tas la muerte del artista, ella inició una carrera en solitario, con cierto éxito, especialmente en Reino Unido y ha sido la administradora del legado de su marido. También se convirtió en la gran valedora de la carrera musical de su hijo “Ziggy” Marley.

En la actualidad es la máxima dirigente de la Fundación Rita Marley de ayuda en África, como una prolongación de la que organizó su esposo, la Fundación Bob Marley, y escribió una polémica y desgarrada autobiografía titulada como una de las más famosas canciones de Bob, No woman, no cry , en la que describía a un Marley bastante tosco y violento, pero ella siempre dejó claro que un aspecto era la persona y otra el mito artístico y el mensaje rastafari que transmitió, con el que está totalmente de acuerdo.

Las canciones Marley siguen tan vigentes hoy como cuando estaba vivo el artista y sus melodías se han convertido en eternas, así como su inspirador pensamiento, su deseo de libertad y esa sensación de tranquilidad y optimismo que siempre transmitía en los conciertos.

Dos frases que pronunció podrían ser el resumen de una vida irrepetible: “Una cosa buena que tiene la música, es que cuando llega, te olvidas de los problemas” y aquella que pronunció al final de los setenta: “No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu falta se sienta” y desde luego que se siente.

 

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