Es el primer alimento con el que los seres humanos y el resto de mamíferos tienen contacto al nacer, y por sus cualidades nutricionales no debería faltar en la dieta diaria. Sin embargo, cada día hay más bebidas con las que debe competir para mantenerse en el gusto de los consumidores, incluso, con muchas que se ofrecen como leche, aunque no lo son.
La leche por definición es el líquido extraído de una glándula mamaria a través del ordeño. Entonces cuando hablamos de leche de soya, de almendra o de otros productos no lo son, son bebidas. También las que llevan pequeños porcentajes de leche, esas son bebidas lácteas, pero no son leche, explica Rafael Cornes, coordinador del programa Más Leche Igual a Más Salud, de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale).
En el caso de las bebidas lácteas, aunque se les adicione nutrientes y vitaminas, son bebidas hechas a las que se les introduce grasa vegetal para reducir su costo. Quien las consume pierde las proteínas, calcio, vitaminas, fósforo, magnesio y potasio de la leche.
La proteína de la leche contiene todos los aminoácidos necesarios para el crecimiento y desarrollo del ser humano y la calidad de la proteína vegetal nunca va a ser igual a la de la leche, asegura Cornes.
Fepale considera que los altos precios de la leche, la baja productividad del sector (en Nicaragua promedia cuatro litros de leche por vaca) y los malos patrones alimenticios contribuyen al desplazamiento de la leche de la dieta.
REGLAMENTOS MÁS ESTRICTOS
Pero decir que los lácteos sean caros es relativo… Nicaragua tiene un tan bajo consumo 81 litros per cápita anuales pero la población paga las gaseosas o el agua embotellada que valen más y lo compran sin decir nada, lamenta el presidente de Fepale, Bernardo Macaya Trejos quien junto con Cornes visitaron el país la semana pasada para participar en el XIII Congreso Nicaragüense del Sector Lácteo.
Este no es un fenómeno exclusivo de Nicaragua, sino una corriente mundial. Y en muchos de los casos las bebidas que desplazan el consumo de leche son ofrecidas por la industria láctea, porque según Fepale son opciones de marketing con menor costo que a la vez permiten aprovechar materia prima que surge del procesamiento de la leche.
Para Cornes, en el caso de las bebidas lácteas lo más grave es el engaño al consumidor al ser vendidas como leche, por lo que urge un marco legal latinoamericano que evite esto y a la vez impulsar el consumo de la leche. Estamos trabajando en reglamentaciones más estrictas ya que a las que existen actualmente se le da la vueltita, indica.
Recientemente el presidente de la Cámara de Productores de Leche de Costa Rica, José Antonio Madriz, aseguró a medios de su país que las empresas que reducen el costo de los productos agregándoles proteína vegetal o reduciendo el porcentaje de grasa, generan competencia desleal, engañan a los consumidores que en algunos casos no cuentan con información suficiente. Además, violan los reglamentos establecidos en la región.
Según Madriz, los reglamentos son aprobados por el Consejo de Ministros de Integración Centroamericana y en el caso de la leche, cuyo trabajo liderará la Federación Centroamericana de Lácteos se han aprobado entre 18 o veinte normativas.
TAMBIÉN ES CUESTIÓN DE PRODUCTIVIDAD
Además del marco regulatorio, Macaya estima que el reto de los productores es elevar la productividad y ser más eficientes para producir leche a menor costo; mientras que la industria debe ofrecer productos más accesibles, en presentaciones más pequeñas para que la gente con recursos limitados pueda comprarlos, y además, indicar claramente las características del producto para no engañar al consumidor.
Al aumentar la productividad Nicaragua tendrá economías a escala. Si la producción promedio es de cuatro litros por vaca aumentar a cinco litros, es un 25 por ciento y es nada más un litro y alcanzar esos niveles de productividad en niveles tan bajos es relativamente fácil. Es más difícil que se tenga una productividad de 14 o 18 litros y aumentar un litro, eso es dificilísimo, afirma Macaya.
Otro aspecto que el presidente de Fepale ya considera fundamental es formalizar a los productores informales y promover el relevo generacional en las fincas. Eso significa trabajar en inocuidad, buenas prácticas de manejo y enfriamiento de la leche para tener un producto de mejor calidad para que la industria la acopie. La industria debe llegar a consenso con los productores y un tercer actor que son los gobiernos que… pueden hacer una gran labor de acompañamiento y de facilitación, aconseja Macaya.
Para el directivo de la Cámara Nicaragüense del Sector Lácteo (Canislac), Ariel Cajina, la norma tanto nacional como centroamericana es clara en cuanto a la definición de la leche. Lo único que se requiere es que la industria la respete y nombre a estos, tanto en los empaques como en las campañas publicitarias, como bebidas lácteas, para no crear competencia desleal. En el país el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio es el encargado de hacer cumplir estas normas.
Las cámaras de Centroamérica no estamos en contra de las bebidas lácteas porque sabemos que al ser más baratas son una opción para una población de bajos recursos con necesidad de nutrición. Lo que pedimos es que no se prostituya la norma de origen del producto lácteo y se nombren estas bebidas con su verdaderos nombre, recalca Cajina.
CONTRA ENFERMEDADES
El que los consumidores estén cada vez más informados han provocado el surgimiento de productos que ofrezcan beneficios más allá de los meramente nutritivos, dice David Sepúlveda Ahumada, director de división del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo con sede en México.
En el caso de los lácteos esta funcionalidad se ha ido manifestando en la última década. Muchos yogures ofrecen beneficios al sistema gastrointestinal, por ejemplo los que contienen probióticos o activia.
“Pero también ya existen productos lácteos que fortalecen el sistema inmune, combaten la hipertensión arterial, la diabetes, el insomnio y otra gran variedad de enfermedades”, indica Sepúlveda, durante su participación en el XIII Congreso Nicaragüense del Sector Lácteo.
No obstante, considera que esto es diferente al caso de las bebidas que se venden como leche, sin serlo. Eso es un asunto meramente comercial que representa mayor ganancia para los procesadores y va en contra de los intereses de los productores.
Advierte que estas bebidas no se pueden comparar con los productos que se fabrican con alguna funcionalidad y que tienen efectividad comprobada al sustituir al menos parcialmente a algunos medicamentos y que además resultan más baratos que las medicinas.
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