El exmiembro de la Resistencia Nicaragüense, Henry Zelaya, considera que la oposición y los Estados Unidos (EE. UU.) los dejaron desprotegidos después del triunfo de la Unión Nacional Opositora (UNO) en 1990.
“Por cosas políticas comenzaron a eliminar físicamente a muchos de los Contras y la oposición nunca agradeció el esfuerzo de los combatientes”, señala Zelaya, a 25 años de las históricas elecciones.
“Los patrocinadores de nosotros, los Estados Unidos, nos dejaron abandonados, ya no teníamos el refugio de Honduras, ni de Costa Rica (…), los mayores enemigos de la Resistencia Nicaragüense fueron los partidos políticos internos a quien nosotros habíamos llevado al poder”, aseveró Zelaya.
Miguel Ángel Escobar, conocido como “Karma”, piensa que “no fue muy grata la desmovilización porque nosotros pensábamos llegar al triunfo por medio de las armas, nosotros fuimos negociados y quien salió ventajoso fue el Ejército sandinista y algunos líderes de la Contra que buscaron su bienestar, pero no pensaron en los comandos”.
Para “Karma”, el Ejército quedó con todas las ventajas y considera que el Frente Sandinista (FSLN) siempre mantuvo control sobre la institución.
“A los desmovilizados les dieron un par de botas, un pantalón, una camisa, cien córdobas y un salvoconducto para ir a buscar su casa y la mayor parte ya no tenía”.
Guillermo Miranda, excomandante de la Resistencia Nicaragüense.
“Tras el proceso de desarme hubo un proceso de aniquilamiento de cabecillas Contras (…), los sandinistas mataron a 497 cuadros de la Contra y comandantes incluyendo a (Enrique) Bermúdez. En el libro titulado ¿Quién mató a quién? que publicó la CIAV-OEA, el número de sandinistas muertos también fue similar, los nicaragüenses después de la guerra quedaron tan bravos que por cualquier cosa se metían las balas”, comentó “Karma”.