La película El buen parricida, del nicaragüense Mario Herrera, es finalista en festival internacional. Herrera dijo a LA PRENSA que nunca pensó que podría llegar realmente a concebir una historia que diera origen a un guion cinematográfico y mucho menos que ese sueño se convertiría en realidad con un elenco actoral de primera línea y como bendición complementaria, competir con otras doscientas películas y quedar en este momento entre las veinte finalistas de las que saldrá la triunfadora de lo que es el Broadway International Films, festival que inició ayer y culmina mañana primero de marzo.
La película del nica será la encargada de abrir el festival y está registrada como producción que representa a California, Estados Unidos.
DE FE CRISTIANA
El pinolero, quien es sobreviviente de un cáncer, aún en tratamiento, y chofer de camiones retirado, expresó que en principio su historia la inspiró en su familia, a su profunda fe cristiana y que comenzó a escribir en segmentos “sueltos” durante sus largas estadías en el hospital.
Para Herrera, escribir su propia historia para llevarla a la pantalla fue de mucho tiempo y duro por no tener experiencia en este campo, además que su labor fue interrumpida numerosas veces por sus problemas de salud y que le llenaba de pánico el ser sorprendido por la muerte y no terminar su obra.
ELENCO
En la película El buen parricida los nombres y apellidos son los de la vida real de Mario y su esposa Reyna Herrera, a él lo interpreta el destacado actor cubano de cine y telenovelas Francisco Gattorno y a ella, la magnífica actriz mexicana Vicky Contreras, bajo la productora de la filmación con su empresa Ella Films Producciones, donde además aparecen actuaciones de Esteban Franco, Consuelo Vega y Alberto Quinteros, entre otros.
El rodaje fue realizado en la Bahía de San Francisco, en las ciudades de San José, Richmond y San Pablo entre otras locaciones.
Mario Herrera, nacido en el antiguo barrio Blandón, hoy Costa Rica en Managua, ahora residente en el área de la Bahía de San Francisco, por más de tres décadas, a sus 57 años, “soñaba” hacer una película y hasta actuar en ella.