Los diputados del Parlamento Centroamericano (Parlacen) aprobaron pedir el respaldo a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) para que la ciudad de Granada sea designada como Patrimonio Mundial de la Humanidad.
La lengua, la danza y la música de los garífunas y El Güegüense son reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
La Ciudad de Granada y su entorno natural ha sido propuesta para ser designada patrimonio desde el año 2003.[/doap_box]
El respaldo de los parlamentarios a la iniciativa, la cual fue presentada por el diputado Said Zavala, del Partido Liberal Independiente (PLI), fue unánime en la sesión de ayer viernes 27 de febrero, informó la Oficina de Prensa y Comunicación del PLI.
“Es importante destacar que la ciudad de Granada posee un patrimonio arquitectónico y singular que la hace merecedora de protección y amparo, ya que ha jugado un papel central y estelar en la historia política, social y cultural, tanto de Nicaragua como del resto de países del área centroamericana”, reza parte de la exposición de motivos de la iniciativa.
La iniciativa establece, entre otras cosas, delegar a la junta directiva para que en el marco del convenio de cooperación firmado con la UNESCO, el 21 de mayo de 1999, se impulsen las acciones políticas necesarias para solicitar a dicha organización que Granada sea declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Los parlamentarios centroamericanos también acordaron instruir a la Comisión de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología para que promueva la iniciativa ante los órganos, organismos e instituciones que impulsan la cultura y el arte a nivel nacional y regional.
Con esta iniciativa el Parlacen respalda la propuesta de 115 poetas del mundo, que en el marco del XI Festival Internacional de Poesía de Nicaragua, evento que se realiza en la ciudad colonial, acordaran hacer la solicitud a la UNESCO.
La iniciativa agrega que la declaración constituye un honor y reconocimiento internacional, al mismo tiempo que supone la gran responsabilidad de garantizar la protección y conservación de todos sus valores a las generaciones futuras.