Este fin de semana los medios del Gobierno reportaron un “fuerte dispositivo policial en las diferentes terminales de buses interlocales de Managua”. En las fotos y vídeos aparecieron policías abordo de un bus, policías conversando con pasajeros, policías por todos lados. Sin embargo, en las estaciones del mercado Israel Lewites, Roberto Huembes y frente a la Universidad Centroamericana (UCA) no había ni un solo agente.
“Aquí pasaron como el jueves, pero solo eso. Pasan, dan una vuelta y se van. Aquí no hay policías que se queden vigilando”, aseguró María Hernández, comerciante del Israel Lewites.
El 12 de febrero la Policía y la Alcaldía de Managua iniciaron asambleas en mercados y Distritos de Managua con el fin de fortalecer ese plan.
Como alternativa de vigilancia en las terminales de los mercados, la Policía se coordinó con grupos independientes que trabajan patrullando. Los transportistas aportan al pago de vigilancia. [/doap_box]
A finales de enero se anunció el “Plan de fortalecimiento de seguridad ciudadana”, que consistía en el despliegue de fuerzas en barrios, calles, paradas de autobuses y mercados a nivel nacional, durante todo el año, según declaraciones del comisionado César Cuadra Soriano, segundo Jefe de Relaciones Públicas de la Policía Nacional. Pero en la práctica usuarios y comerciantes, siguen estando indefensos ante la delincuencia.
“Aquí no hay Policía que vigile. Pasan en la mañanita, cuando entran los universitarios, pero los fines de semana aquí la robadera es terrible. Ayer (sábado) asaltaron a un extranjero que viajaba a Granada”, señaló Mario Urbina, vendedor en la terminal ubicada frente a la UCA.
VIOLENCIA
La mañana de este domingo un hombre ebrio sorteaba los buses que entraban y salían a la terminal del mercado Roberto Huembes. Irrumpió en el tramo de verduras de doña Juana Padilla y con actitud violenta intentó pasar a través del lugar. Cuando se lo negaron atacó con un vaso de cerveza. “Aquí nadie hace nada. Los ladrones asaltan a pasajeros o nos roban mercadería. Los borrachos que salen de los bares vecinos pasan haciendo averías o golpeando gente, como ese hombre”, se quejó doña Juana.
“Aquí también tenemos el problema con los borrachos que salen de estos bares. Todos los fines de semana hay un pleito en medio de los pasajeros, y nadie hace nada. Si nos metemos, salimos perjudicados”, expuso María Hernández, del Israel Lewites. Los fines de semana las terminales de los buses son tierra de nadie, y los pocos vigilantes de agrupaciones que trabajan en coordinación con la Policía, no tienen la capacidad ni los medios para contrarrestar la delincuencia.
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