Dedicado a los que sueñan con volar alto
La boca de la pistola era un volcán, el humo en danza circular intoxicaba los sentidos y conversaba con la frente de la rubia que a partir de ese día era una anónima. El cuerpo húmedo y desnudo temblaba para dar un mensaje firmado entre la vida y la metamorfosis. Aquello era elegante para los amantes del voltimum remedium, una pintura con gemidos que desconcertaba a los testigos accidentales y a los eternos elegidos. El beso entre los besos, después, el viaje de la lengua al alma, combinada con todas las posibilidades y las expresiones de la búsqueda del extremo atrevimiento. La palabra pájaro colgaba de la ventana y se movía para distraer los ojos, después de varios minutos, el mareo de las ironías y las frases cómicas invadieron el lugar para acompañar las copas de vino tinto. En la esquina, la mujer cincuentona atrayendo a los desorientados conscientes. Lluvia de ácido que derretía el edificio enriquecía la situación. El grito dio la bienvenida a la fiesta. El apartamento se traducía en el circo de los deseos.
—Yo quiero volar como el pájaro, ¡quiero acostarme en el cielo y hacer el amor con la luna porque estoy muy caliente como el sol!
—Tenemos la eternidad porque después de esta vida me convertiré en mi sexo opuesto.
—Entretanto hay tres o cuatro copas esperándonos, tu sabes que es la antesala del viaje de esta semana.
—Tu esposa y mi marido alguna vez se encontrarán.
—Habré muerto para entonces.
—Podemos adelantar algunas cosas.
—Hay un poco de humor ácido en todo esto. Esta semana me enamoré de Deborah Ann Harry.
—Yo pensé mucho en mi tío Adán, de niña siempre lo desnudé con mi inocencia, y de adolescente lo seduje hasta ganarme el exilio. La rubia había planeado la solución final con la precisión del hilo en la aguja. Titular de la esquina inferior derecha del periódico del día siguiente: “Magistrado encontrado desnudo en posición de pájaro”. Subtítulo: “Con nota: ‘no te detengas en el vuelo’”. En efecto, el marido y la esposa se encontraron entre el café y los trajes negros del velatorio.
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