A ritmo de los chicheros y abundante quema de pólvora, cerca de las seis de la mañana de ayer, salieron los peregrinos de Masaya, rumbo al santuario de Popoyuapa, en Rivas, para ir a venerar a Jesús del Rescate, que ha hecho infinidades de milagros entre los caminantes, así lo aseguraron los creyentes.
Doña María Bustos, una octogenaria quien parte de su vida, se ha dedicado a participar de esta peregrinación, dice que es importante inculcar a las nuevas generaciones, esta tradición, para no perder la costumbre, porque de igual forma Jesús del Rescate, realiza muchos milagros a quienes piden con fe.
“Yo le debo mucho a nuestro Señor, y esto es una promesa. Esperamos que nuestros hermanos rivenses nos reciban con las manos y el corazón abiertos porque este viaje es largo para agradecer a Jesús. Imaginate que recientemente me está muriendo y pedí con mucha fe y ahora voy aquí”, dijo la señora.
Mientras el sol se asomaba tímidamente, en la salida de la ciudad, estaba doña Maritza Ñamendy repartiendo comida a los viajantes, como una forma de pagar su promesa, poco a poco los caminantes se acercaban al perol de comida para desayunar. “Como cristiana que soy y devota del señor del Rescate, repartir comida a los peregrinas se me ha hecho una tradición. Todos los años ésta es mi pequeña colaboración, y la seguiré dando hasta que el Señor me quite la vida. Todos los cristianos tenemos la fe en Él y creemos porque es muy milagroso, los masayas estamos muy contentos por este viaje”, agregó Ñamendy.
Este año al igual que los anteriores salieron más de cien carretas peregrinas desde este departamento. Los viajeros llevan pailas, gallinas, arroz, azúcar, frijoles, perecederos, refrescos y sobre todo agua, para matar la sed por el largo trayecto, el viaje dura unos días.