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Dos tradiciones sobre el desempeño de la productividad

Existen dos tradiciones que intentan explicar el desempeño de la productividad agregada. Una de ellas, que tiene sus raíces en la economía del desarrollo, se basa en el enfoque de la heterogeneidad estructural y enfatiza las características propias de los países en desarrollo. La otra se deriva del modelo de crecimiento neoclásico.

Existen dos tradiciones que intentan explicar el desempeño de la productividad agregada. Una de ellas, que tiene sus raíces en la economía del desarrollo, se basa en el enfoque de la heterogeneidad estructural y enfatiza las características propias de los países en desarrollo. La otra se deriva del modelo de crecimiento neoclásico.

La tradición basada en la heterogeneidad estructural parte de la constatación de que, en países como los nuestros, existen marcadas diferencias en la productividad entre las diversas actividades y sectores económicos. Las actividades de menor productividad, típicamente la agricultura tradicional y el comercio y los servicios informales (aunque se extienden a lo largo de todos los sectores con mayor o menor peso), absorben porcentajes muy altos del empleo. En contrapartida las actividades de mayor productividad, principalmente la industria y la gran agroindustria, los servicios públicos, la minería y los servicios modernos, generan porcentajes más reducidos del empleo.

Dado que la productividad media es un promedio ponderado, el elevado peso de las actividades de baja productividad en el empleo tiende a deprimir la productividad promedio y el ingreso per cápita. El modelo neoclásico comúnmente evita estas marcadas distinciones entre las características sectoriales del empleo y la productividad, y normalmente presume que los diferentes tipos de actividad económica son suficientemente similares estructuralmente como para agruparse en un único sector representativo. Quizá ello refleje la circunstancia de que en los países desarrollados existe una menor divergencia sectorial comparativa en los niveles de productividad. Los modelos basados en la heterogeneidad estructural asumen que la acumulación de capital, el acceso a las tecnologías más avanzadas y el crecimiento de la productividad tienen lugar predominantemente en las actividades que pueden caracterizarse como “modernas”. Por su parte, las actividades de menor productividad, que generan el denominado empleo informal de acuerdo a la definición basada en la productividad, se caracterizan por una escasa dotación de capital por trabajador y muy limitado acceso al capital humano y la tecnología. Desde este punto de vista el desarrollo económico es fundamentalmente un proceso de transformación estructural. Esto implica la reasignación de los factores productivos desde las actividades de menor productividad hacia las de mayor productividad, lo cual, aun si todo lo demás permanece constante, es capaz de acelerar de manera rápida y significativa la tasa de crecimiento económico. La evidencia muestra que el cambio estructural explica, en una gran parte, las diferencias en el desempeño de la productividad agregada en América Latina y el Sudeste Asiático.

Más ampliamente, el crecimiento económico sostenido está asociado con la capacidad de diversificar la estructura productiva: es decir, de generar nuevas actividades, fortalecer los vínculos económicos intersectoriales y desarrollar las capacidades tecnológicas. Las actuales actividades de mayor productividad, por si mismas, resultarán incapaces de absorber a la fuerza de trabajo excedente de las actividades de menor productividad, debido a su escasa diversificación y reducida elasticidad-ingreso de la demanda. La necesidad de que porcentajes crecientes de la fuerza de trabajo encuentren empleos de creciente productividad requeriría así una creciente diversificación hacia nuevas actividades de rápido crecimiento, caracterizadas por una mayor complejidad, rendimientos crecientes y elevado dinamismo de la demanda.

La asociación entre estructura productiva y crecimiento económico conlleva, como es obvio, implicaciones profundas de política económica. En la medida en que el desarrollo esté íntimamente ligado a los cambios en las estructuras productivas, una tarea esencial de la política económica es garantizar la capacidad de las economías de lograr una transformación productiva dinámica. En economías abiertas, dicha tarea está íntimamente ligada a la capacidad de desarrollar estructuras exportadoras con contenidos tecnológicos cada vez mayores.

El modelo neoclásico no contempla este tipo de políticas porque asume que el capital y la tecnología están, en principio, más o menos libremente disponibles para todos los agentes económicos, para todas las actividades económicas y, en general, para todos los países por igual, que los incentivos son los correctos siempre que se liberalicen los mercados y en el mejor de los casos reconocen algunas fallas de mercado a corregir.

*Economista
[email protected]

Economía desempeño productividad archivo

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COMENTARIOS

  1. Hace 9 años

    Tanto blaba ,blaaaabla para explicar. que todas las personas que venden en los semaforos se ganan el pan dignamemte, pero no prducen. lo correcto seria que travajen en una mina sacando oro manejando equipos agricolas para prducir granos alimemticios, en las fabricas de ropa .perooo el problema esta que las personas o empresas no quieren invertir en Nic.

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