“El haber tocado así, nos hizo sentir más libre”, expresó vivamente emocionado el violinista César Zuriel Bermúdez, un joven que en ocasiones pasadas ha tocado en escenarios internacionales junto a la Orquesta Juvenil de las Américas (YOA) y la Orquesta Juvenil Centroamericana (OJCA).
El bajarse de estos grandes escenarios, vestirse con ropa casual, llegar caminando a las gradas de la zona viva de la Galería Santo Domingo y sorprender al público con música de orquesta y coro, fue una experiencia única, dice este joven, integrante de la Orquesta Sinfónica Juvenil Darío.
Este “flashmob” es la primera vez que se realiza en Nicaragua como género musical, comentó por su parte el músico el director de esta orquesta Ramón Rodríguez.
Primera vez en Nicaragua
En nuestro país los jóvenes músicos que se presentaron en las gradas de la zona viva de la Galerías Santo Domingo se fueron incorporando poco a poco al show de corta duración, el cual fue visto por un público que fue tomado por sorpresa.
Primero fue un trompetista, una violinista, luego fueron llegando otros con sus instrumentos de cuerdas y vientos, integrantes de la Orquesta Sinfónica Juvenil Rubén Darío, así cantantes líricos del .Cantorum Rubén Darío. Todos se presentaron vestidos con ropa casual, no la acostumbrada etiqueta de sobrio negro.
La primera pieza que interpretaron fue la Oda a la alegría, de la Novena Sinfonía de Beethoven; luego el Aleluya, del compositor alemán Georg Friedrich Händel.
Emocionado por esta presentación y al ver la presencia de público que se acercó a escucharlos, Rodríguez, animó a sus músicos a cerrar con Nicaragua mía, del cantautor nicaragüense Tino López Guerra
Los aplausos espontáneos y comentarios de las personas que estaban en la planta baja y el segundo piso del establecimiento comercial, no se hicieron tampoco esperar.
“Fue algo muy lindo disfrutar de esta música en esta tarde tan bonita”; dijo Socorro Cisne, al comentar el show relámpago. Ella estuvo tomando fotos con su celular para tener recuerdos de este singular evento.
A la transeúnte Francis López, le pareció muy interesante que los jóvenes realicen esta actividad con tanta energía y con voces tan hermosas. “Fue algo sorpresivo y además qué rico fue iniciar así esta Semana Santa”, expresó López.
“Para nosotros fue una sorpresa porque estábamos disfrutando en familia; y estoy admirada porque la mayoría son jóvenes, y han incluido temas nicaragüenses”, dijo por su parte la Luisa Amanda Castillo.
El llevar la música clásica a las gentes en sus áreas de recreo, fue también como haberla bajado del pedestal de la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, y de los altares mayores de las catedrales e iglesias del país.
Sin duda la música clásica bajó del Olimpo para estar con los mortales, aunque sea en la brevedad de tres piezas, interpretadas en “flashmob”, una acción musical libre y de contacto directa con el público en su propio ambiente de vida.
El “flashmob
Es traducido como “multitud relámpago”, explica Ramón Rodríguez, y viene a ser una extraordinaria experiencia en Nicaragua, y la primera en su género.
Algunos movimientos sociales lo utilizan con sentido de reivindicación de los derechos individuales, y las redes sociales para crear cadenas de comunicación y movilización.
En 2002 el sociólogo Howard Rheingold publicó el libro Smart Mobs: The Next Social Revolution, destacando su fenómeno social.
En los últimos años han surgido espectáculos sorpresivos con el fin de divertir brevemente en la música, performance, teatro, pinturas y fotografías.