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Durante la competencia los corredores deben pasar por un chequeo mecánico, para evitar accidentes.

Locos por la velocidad

Es el efecto de la adrenalina: pupilas dilatadas, rapidez en la respiración, gotas de sudor y corazón acelerado. Los motores runrunean furiosos. Se esparce un olor a caucho y gasolina que se quema. Una bandera da la señal y empieza la carrera.

Es el efecto de la adrenalina: pupilas dilatadas, rapidez en la respiración, gotas de sudor y corazón acelerado. Los motores runrunean furiosos. Se esparce un olor a caucho y gasolina que se quema. Una bandera da la señal y empieza la carrera.

Las llantas rechinan por la velocidad. Los vehículos alcanzan con rapidez hasta doscientos kilómetros por hora en fracciones de segundo. En la pista recta y pavimentada desde la estatua de Montoya hacia los semáforos de El Guanacaste se realizan carreras legales. Es un domingo caliente de marzo en Managua, 11:00 de la mañana.

Los carros deportivos salen de dos en dos, corren todos contra todos, en cada una de las vueltas a las que llaman “hit”. Siete jueces se encargan de dar la puntuación, cuatro en una mesa, tres en la meta. También hay policías alrededor.

El ganador es quien mejor equipado tenga su carro y más pericia demuestre al volante para llegar de primero. Las carreras legales se realizan unas ocho veces al año y son conocidas como “Cuarto de milla”, que es la distancia que recorren en ese circuito. La competencia es una de las caras del automovilismo que se realiza a la luz del día, con todas las medidas de seguridad, por un trofeo.

“Todo esto es para eliminar de una vez las carreras ilegales”, asegura Ajax Delgado, fundador de la Asociación Nicaragua Joven, y NicaSpeed, que tienen 11 años de montar estos eventos que pueden costar hasta doscientos mil córdobas, según comenta.

Delgado es aficionado del automovilismo y Fórmula Uno y fundó esa asociación de corredores después de presenciar un accidente fatal en Carretera a Masaya, punto frecuente de reunión de las competencias clandestinas. “Un joven iba para su casa tranquilo y un corredor le impactó. Murió a los pocos días en el Hospital Militar”, recuerda Ajax, quien en ese momento pensó que la víctima pudo ser tanto él como uno de sus hijos y decidió no quedarse de brazos cruzados y hacer algo para detener esa corriente violenta que amenazaba las avenidas de Managua.

Suplementos

Así fue que se empezaron a hacer las carreras legales en el país, en dos modalidades: el cuarto de milla, un recorrido corto (400 metros) . “En cada carrera se eliminan uno por uno a los perdedores. Y al final se les otorga lugares y puntajes a los tres primeros en alcanzar la meta, divididos en 14 categorías”, detalla Delgado.

Luego está el Gran Premio o Grand Prix, que es un circuito cerrado. Se realiza generalmente desde la rotonda de Metrocentro hacia Tiscapa, en dos campeonatos anuales, uno al inicio del año y otro al final. La distancia que recorren es de 2.2 kilómetros en tres vueltas, en total 6.6 kilómetros en “hits” de seis carros a la vez.

“RÁPIDO Y FURIOSO” NICA

En un principio los pilotos nicas soñaban correr con rapidez y furia, como en las películas Fast & Furious , tanto en las carreras legales, como en las ilegales. Desde 1996 se registraron competencias esporádicas y cuando se estrenó la primera película de la saga Rápido y Furioso en 2001, nadie pudo detener la fiebre que se formó en torno. Y aunque sin carros potentes, sin calles con condiciones y sin experiencia, lo hacían. Primero “con pura experiencia de mecánico, traveseando”, mencionan algunos. “Con remaches y tornos modificábamos los carros”, dicen otros. Y así, su curiosidad les llevó a probar y querer tener todas las técnicas que antes solo veían en las pantallas.

Un día, durante una carrera, había alguien escondido en el maletero de un carro, cuentan los corredores. La meta estaba marcada para correr un cuarto de milla, en la calle recta despoblada y polvosa que va de Tipitapa hacia El Timal. Los corredores y los jueces no se daban cuenta del hombre oculto con sigilo en la parte trasera, era prohibido, pero aún así el conductor le gritó: “¡Ya, loco!” El hombre haciendo las veces de pieza moderna conectó cables con sus manos para que se esparciera el “nitro” en el motor. Inició la carrera.

De acuerdo con Ajax Delgado, entre 1,000 y 8,000 personas  llegan como espectadores a las carreras legales.
De acuerdo con Ajax Delgado, entre 1,000 y 8,000 personas llegan como espectadores a las carreras legales.

“Solo así me pudieron ganar”, sostiene Norman Vega, mecánico y corredor de toda la vida, de 44 años. Vega fue uno de los primeros corredores legales del país, aunque también inició de forma clandestina. “Este compuesto químico de oxígeno y nitrógeno aumenta la potencia, quema más combustible y en unos tres segundos se puede acelerar de 0 hasta 100 o 150 kilómetros por hora”, refiere Vega, piloto de un carro rojo, Honda Civic CRX con carburador.

“Es que cuando se empezó eso se hacía improvisado, nadie sabía cómo se preparaban las mezclas, los talleres de mecánica no tenían ni idea. El nitro era la última maravilla, todo mundo quería ser como Rápido y Furioso”, menciona Sergio Cisneros, también corredor, quien asegura que el que hizo eso vino de Estados Unidos, participaba y ganaba y nadie sabía cómo, hasta que se enteraron que era por eso (nitro). “Así todos empezamos a traer el sistema para los carros”, recuerda Cisneros. Él conduce también el mismo vehículo desde que inició en las competencias.

Ese día en El Timal, cuando los carros finalizaron su trayecto, le gritaron de nuevo al hombre que iba atrás: “¡Dale ya! ¡Soltalo loco! Ya habían ganado la carrera y si sobrepasaba una pizca de nitrógeno, la velocidad se podría traducir en una megaexplosión. Este tipo de acciones eran muy comunes entre los corredores que hacían lo que podían con el afán de ganar.

En ese entonces al Honda Civic rojo le llamaban “El Elegante”, pero ahora “ya es la cazuela o la porra”, ríe Vega. En diez años el corredor calcula haber invertido unos cien mil dólares en modificaciones. “Ya tuviera una casa de tres o más pisos”, cuenta consciente de los gastos, pero asegura nunca arrepentirse de formar parte de estas carreras.

Roberto Pasquier es ingeniero civil, estudiante de Derecho y piloto de carros de carrera. “Cuando empezamos a correr lo hacíamos a puro coco de mecánico, con pegues hechizos, con tornos, corríamos con llantas normales, no sabíamos de piezas, ahora las mandamos a traer”, cuenta Pasquier, quien detalla que además de los sistemas de nitrógeno, compran carros con sistema turbo, les insertan en vez de gasolina súper, gasolina de avión o gasolina de carreras, esta última puede valer entre 200 o 300 dólares la lata, es decir, cinco galones. “Solo nos dura para una carrera”, menciona Pasquier.

La Federación Nicaragüense de Automovilismo (Feniauto), promovida también por Ajax Delgado desde hace dos años, tiene más de 150 corredores afiliados. Todos participan en carreras de día, nunca de noche. Son supervisados por la Policía, cada piloto y cada carro deben pasar una revisión mecánica y documentación, respectivamente. Se hacen pruebas de alcoholímetro. La carrera se realiza en un circuito con mallas alrededor para evitar accidentes y el piloto debe ir solo dentro del automóvil, con su casco protector.

Norman Vega, de 44 años, asegura que tiene más de cien trofeos y no tiene planes de retirarse de las competencias.
Norman Vega, de 44 años, asegura que tiene más de cien trofeos y no tiene planes de retirarse de las competencias.
LOS OBSTÁCULOS

Para Roberto Pasquier, las carreras son un vicio difícil de dejar y mucho más costoso que el licor, por ejemplo. Él empezó a correr en un carro que le regaló su papá cuando se graduó de secundaria, lo usaba para ir a la universidad y para correr. Le puso “El Depredador”. En su primera carrera no tenía ninguna modificación, solo pintas de grafiti en las puertas del vehículo. Aun así le ganó a diez personas y resultó campeón en la categoría novato, recuerda Pasquier, amante de este deporte que no le deja más que trofeos y el sabor de la adrenalina después de cada carrera.

Aun con todas estas medidas muchos corredores no se sienten respetados y mucho menos tratados como deportistas, pues en las calles tienen muchos obstáculos, sobre todo con la Policía. “Nosotros participamos en las carreras legales, solo movemos los vehículos para los días del evento y aun así, nos multan por los ruidos. El carro tiene tuberías especiales de escape, que hacen ruido porque generan más gases, pues entre más gases la mezcla de combustible da mejor combustión”, aclara Pasquier.

Vega concuerda y asegura que les falta apoyo, porque la Ley de Tránsito no contempla sus carros. “Dicen que tenemos que andar en una rastra y nosotros no podemos. Cuando vamos a las carreras me tengo que andar corriendo como ladrón”, explica.

Pasquier añade que la inversión en sus carros, que puede sobrepasar los cien mil dólares, dependiendo de las posibilidades y gustos, es demasiado, pero vale la pena, aunque sea solo por los trofeos, “porque más que un pasatiempo, es un deporte”. Por eso, quisieran que las autoridades nicaragüenses les tomaran en cuenta como deportistas. “Nosotros tenemos un carné, pero cuando se lo enseñamos a los policías se ríen. Nos multan por alteración en la carrocería, es obvio que tendremos que hacer modificaciones para poder participar”, menciona.

Los corredores tampoco tienen un sitio especial para practicar o probar sus vehículos, pero hay un autódromo en planes desde el año 2005.

Diez años después, en 2015, solo se ha logrado terminar un estudio de factibilidad y los planos del mismo. “Ahora se están buscando inversores para que apoyen el proyecto a través de ProNicaragua”, indica al respecto Ajax Delgado.

Por su parte Carlos Rosales, coordinador de Feniauto, asegura que aún hay mucho trabajo por hacer al respecto. “Tendremos una reunión con las asociaciones para tratar de establecer normas y beneficios para ellos, porque sí necesitamos un documento especial autorizado para que ellos practiquen y con sus reglamentos disciplinarios”, sostiene Rosales.

Autodromo

A partir del 2004 la Policía Nacional ha hecho diversos operativos sorpresa para detener las carreras ilegales en todos los puntos de reunión. El más reciente se realizó en diciembre de 2014. Ciento tres motos y 66 vehículos fueron enviados al depósito vehicular en esa ocasión. Una de las principales causas de muertes en accidentes de tránsito son las carreras ilegales, según explicó el comisionado mayor Roberto González Kraudy, quien informó que hasta febrero de 2015 había 72 muertes por esa causa. “Son irresponsables que andan en las carreras ilegales conduciendo en estado de ebriedad, conduciendo de manera temeraria. A esos es que nosotros les estamos aplicado la Ley”, aseguró el jefe de Tránsito Nacional en esa ocasión. De acuerdo con algunos corredores, la “moda” de competir en las calles de forma clandestina se ha reducido considerablemente, a partir de la creación de las competencias legales. “Ahora van a eso solo algunos, prueban unos tres pases y ya. Se regresan, porque nadie quiere que lo echen preso. Yo amanecí muchas veces en la estación por andar corriendo, ahora solo me dedico a correr con la federación cuando organizan los eventos”, menciona Eduardo Gadea, conocido como “Lobito”, quien también es campeón de motocross.

LAS CARRERAS ILEGALES

A partir del 2004 la Policía Nacional ha hecho diversos operativos sorpresa para detener las carreras ilegales en todos los puntos de reunión.

El más reciente se realizó en diciembre de 2014. Ciento tres motos y 66 vehículos fueron enviados al depósito vehicular en esa ocasión.

Una de las principales causas de muertes en accidentes de tránsito son las carreras ilegales, según explicó el comisionado mayor Roberto González Kraudy, quien informó que hasta febrero de 2015 había 72 muertes por esa causa.

“Son irresponsables que andan en las carreras ilegales conduciendo en estado de ebriedad, conduciendo de manera temeraria. A esos es que nosotros les estamos aplicado la Ley”, aseguró el jefe de Tránsito Nacional en esa ocasión.

De acuerdo con algunos corredores, la “moda” de competir en las calles de forma clandestina se ha reducido considerablemente, a partir de la creación de las competencias legales.

“Ahora van a eso solo algunos, prueban unos tres pases y ya. Se regresan, porque nadie quiere que lo echen preso. Yo amanecí muchas veces en la estación por andar corriendo, ahora solo me dedico a correr con la federación cuando organizan los eventos”, menciona Eduardo Gadea, conocido como “Lobito”, quien también es campeón de motocross.

CATEGORÍAS
  • Stock A, B y C. Motores 1,300 cc a 1,600 cc, sin modificaciones. La categoría Stock C es únicamente para vehículos Honda.
  • Pro A, B y C. Motores: Motores 1,300 cc a 1,600 cc. Ciertas modificaciones son permitidas, menos sistemas full injection y válvulas auxiliares.
  • Válvula Variable A, B y C. Motores 1,500 cc a 1,600 cc. Mayores modificaciones en chasis y motores, se permiten llantas de carrera. En la categoría Pro C entran motores desde 1,600 cc a 2,000 cc.
  • 2,000 Modificada. El motor puede ser de 1,600 cc a 2,400 cc. Modificado. Se permiten mayores modificaciones.
  • Especial Stock: Motores 1,600 cc en adelante con sistemas turbo o nitro
  • Especial: Motores 2,001 cc en adelante con ciertas modificaciones.
  • Libre: Motores de cualquier tamaño y libertad para modificar.
  • Femenina: Vehículos stock, ciertas modificaciones permitidas.

CARRO

BAJO REGLAMENTO

  • 70 corredores participan en cada carrera.
  • 22 días antes se abre la convocatoria.
  • 200,000 córdobas puede costar la organización de una carrera legal.
  • 57 carreras oficiales se han organizado desde el 2004.
  • 11 campeonatos nacionales se han hecho en Nicaragua, este 2015 finalizará el duodécimo.

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COMENTARIOS

  1. Diriangen
    Hace 9 años

    “Los vehículos alcanzan con rapidez hasta doscientos kilómetros por hora en fracciones de segundo”? Me gustaría conocer un carro así.

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