Tres peones nicaragüenses que laboraban en una finca naranjera en Santa Cecilia de La Curz, en Guanacaste, fueron halladas decapitadas y con sus manos amputadas, el domingo 29 de marzo, confirmó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Costa Rica.
Según el OIJ, uno de los asesinados es de apellido Arias, de 23 años de edad; mientras que los otros dos son un adulto de 50 años aproximadamente, conocido en la zona como don Isidro, y otro de 20 años aproximadamente, conocido como Fidel.
Agentes del OIJ de la ciudad de Liberia investigan las circunstancias que mediaron en el homicidio. “En esa zona hemos tenido varios homicidios, pero no estamos tratando esto como crimen organizado o una vendetta”, declaró el director del OIJ, Francisco Segura.
“Realmente el perfil que nos da la investigación, hasta este momento, es el delito común del asalto”, añadió.
Informes preliminares indican que la mañana del domingo un hombre, quien caminaba en la finca, halló los cuerpos de los fallecidos y dio aviso a las autoridades. Según la Cruz Roja, la alerta la dio una persona vía telefónica.
Cuando los agentes realizaron la revisión preliminar a los cuerpos, les encontraron heridas profundas ocasionadas con arma blanca en el cuello, cabeza, brazos y piernas. Uno de ellos tenía partida la boca.
Los cuerpos fueron levantados y remitidos a la Morgue Judicial para que se les realice la autopsia. Según la información recabada hasta el momento por los investigadores judiciales, el móvil fue el robo, ya que los fallecidos estaban sin sus pertenencias y las bolsas de los pantalones estaban salidas.
El sospechoso sería otro nicaragüense que antes fue visto con las víctimas y que al parecer fue observado corriendo hacia el lado nicaragüense de Cárdenas, portando un arma blanca.
El OIJ pidió colaboración a la Policía de Nicaragua para dar con el sospechoso.
Aunque el OIJ descartó la mano del crimen organizado, en la zona fronteriza operan al menos tres grupos narcos. En diciembre 2014 el nicaragüense Anselmo López Benavides, de 31 años, murió en una balacera en una montaña de La Cruz.
En febrero de 2015, la nicaragüense Karina Waleska González Vega, de 24 años, fue asesinada de 5 balazos en su casa, en San Dimas, La Cruz, cerca de Peñas Blancas.
Con este triple asesinato, al menos 7 nicaragüenses han muerto en Costa Rica. Uno fue asesinado en una riña de La Carpio, San José, la noche del sábado 28 de marzo, y tres más fallecieron en accidentes de tránsitos en otras partes de Costa Rica.