El presidente de Perú, Ollanta Humala, afronta una grave crisis política tras la censura a la primera ministra, Ana Jara. Ahora, Humala está obligado a aceptar la renuncia de Jara junto a todos sus ministros y nombrar a un nuevo gabinete en un máximo de 72 horas.
La oposición consiguió reunir el lunes 72 votos a favor de la moción de censura contra Jara, a quien señalan de responsable política del rastreo a legisladores, periodistas, empresarios y centenares de ciudadanos por parte del servicio de inteligencia, una actividad que data al menos de 2005 según las denuncias de prensa, cuando aún el partido de Humala no gobernaba, pero que estalló en sus manos.
La revista Correo Semanal denunció el 19 de marzo que la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini) había rastreado información de los Registros Públicos de cientos de personas, entre las que estaban la mayoría de los actuales congresistas, la propia Jara, el expresidente Alejandro Toledo y el actual ministro de Defensa, Pedro Cateriano.
El nuevo gabinete deberá ser respaldado por el Parlamento (mayoría opositora). Si niega la confianza al nuevo gabinete, Humala tiene la facultad de disolver el Congreso y convocar a elecciones legislativas.
MOMENTO DELICADO
El desgaste del Gobierno a poco más de un año para que termine su mandato y la falta de mayoría en el Parlamento obligan a Humala a encontrar una figura de consenso para encabezar su séptimo gabinete que logre el respaldo de la oposición.
En estos momentos, Humala también se ha visto salpicado por el caso del empresario Martín Belaunde, uno de sus principales asesores en la campaña electoral de 2006, quien pidió sin éxito refugio en Bolivia y contra quien sigue un proceso de extradición. Además, la tensión con Chile por un presunto caso de espionaje, mientras que la economía peruana sigue perdiendo impulso.
Los parlamentarios oficialistas reconocieron ayer que la censura a Jara es una medida democrática y constitucional del Congreso, aunque aseguraron que es injusta y se trata de una campaña electoral adelantada.
El legislador oficialista Daniel Abugattás dijo que la oposición cree que las cosas mejoran con una censura a la premier Ana Jara, por una práctica que ha sido recurrente y común en los últimos Gobiernos democráticos en el país.
Para opositores, como Virgilio Acuña, de Solidaridad Nacional, la censura es una oportunidad para que Humala renueve el Gabinete con personalidades cuya labor se oriente a atender las necesidades del país.
OTROS CAMBIOS
En febrero, Ollanta Humala remodeló su gabinete en un intento por aliviar la tensión política y para evitar la censura parlamentaria del gabinete.
La oposición había amenazado con censurar el gabinete de Jara tras surgir en enero las primeras denuncias de espionaje y seguimiento a opositores.
La moción fue presentada por congresistas de los partidos de los expresidentes Alberto Fujimori y Alan García, y del Partido Popular Cristiano-Alianza para el Progreso (PPC-APP), que consideraron insuficientes las explicaciones que ofreció Jara al Congreso el 20 de marzo, donde habló de la recopilación de miles de datos que hizo la Dirección Nacional de Inteligencia de políticos, periodistas, personalidades públicas, y de otros ciudadanos y empresas particulares.
“Muy estimada Ana: estas líneas no son para darle el pésame sino, por el contrario, para felicitarla por haber recibido ese homenaje involuntario que le ha hecho el Congreso censurándola”. Mario Vargas Llosa, escritor peruano y premio Nobel.
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