El director de la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador, Mauricio Landaverde, informó ayer que la versión sobre la posible implicación del cártel mexicano Los Zetas en la masacre del lunes en un estacionamiento de furgones en Quezaltepeque (departamento de La Libertad), en la que murieron nueve personas, “puede ser un intento de desorientar la investigación”.
En un primer instante se manejó la versión de que la masacre fue perpetrada por el cártel Los Zetas, ya que se filtró la información de que en las paredes del parqueo se encontraron zetas pintadas con sangre y una carta donde ese grupo se agenciaba la matanza. “No podemos dejarnos orientar por ese tipo de señales, por eso insistimos que todo va a depender de un trabajo minucioso, técnico y profesional”, dijo.
Un agente de la delegación de Quezaltepeque explicó que “hasta el momento se desconocen las causas, los autores y otros detalles del suceso, aunque ya se ha identificado a cuatro de los fallecidos”.
Las víctimas identificadas por la Fiscalía y la PNC son Ramón Alfredo Alemán Osorio, Berta Luz Cárcamo Ortiz, Ricardo Alemán Mancía y Franklin Giovanny Vanegas Orellana.
El diario La Prensa Gráfica informó ayer en su sitio web que una fuente de alto nivel de la PNC confirmó que una de las víctimas fue Rudis Alcides Lazo, primo de Reynerio Flores Lazo, exlíder de la banda de narcotraficantes Los Perrones, y quien cumple una condena por tráfico de drogas. Esta fuente manifestó que la matanza fue un ajuste de cuentas entre narcotraficantes.
Ver en la versión impresa las páginas: 6 A