Las familias católicas de Juigalpa, en el departamento de Chontales, también se volcaron para vivir con fe y devoción el Viacrucis de Penitencia que nos recuerda la Pasión y Muerte de Jesucristo.
Tanto en el Viacrucis que corresponde a la Catedral Asunción como los barrios de la Parroquia San Francisco, muchos devotos de la Sangre de Cristo, entre adultos, mujeres y niños, pagaban sus promesas vendados o de rodillas en cada una de las caídas de Jesús, hasta llegar al mediodía de este Viernes Santo a los templos católicos, donde los religiosos oficiaron la misa.
Los mensajes hacia el fortalecimiento de la fe, el respeto y recuperar los valores y las buenas costumbres en las familias, el cese a la violencia en los hogares y sociedad, la oportunidad de los jóvenes de tomar el camino del bien, contra los vicios y el alcoholismo, se escucharon en el Viacrucis.
Mercedes Morales, junto a sus tres hijos, recorrió el Viacrucis vendada, “tengo cuatro años de pagar promesa porque tuve una enfermedad muy triste y el Señor me sanó, Él es el único que puede darnos vida y esperanza”, manifestó.
Sandra Tablada, judicial de Juigalpa, de rodillas, confesó: “estoy compartiendo con este acto, nuestra fe y amor a Dios”. Al referirse a la violencia que se vive en las familias dijo, “estamos llamadas a educar a los hombres, pues las mujeres tenemos un derecho especial en el corazón de Cristo, para que nuestros derechos sean reivindicados a través del respeto y el lugar que se nos está dando hasta ahora”