Elevar una empresa, marca de producto o servicio a franquicia es una de las oportunidades que en Nicaragua se ha desaprovechado. Según los especialistas, las razones pueden ir desde la falta de conocimiento del tema entre los empresarios locales hasta la carencia de ejemplos en el país.
Juan Manuel Gallástegui, presidente de Gallástegui Armella Franquicias, explica que este es un formato para hacer negocios que busca la rentabilidad de empresarios y el emprendedor. El franquiciario es la persona que compra el derecho de explotación y vela por la rentabilidad de un giro de negocio que ya existe en el mercado local y el franquiciante busca la expansión acelerada, la dominación de los mercados y la construcción constante de la marca.
Tras una reciente visita de Gallástegui a Nicaragua, donde expuso a empresarios las oportunidades de este modelo, el especialista reta a los empresarios a que consideren las características del giro de negocio.
“En el desarrollo de las franquicias hay muchos ejemplos entre positivos y negativos, pero para dar una idea, recuerdo a McDonald’s que hace unos cincuenta años su marca tenía un precio estimado en dos millones de dólares. En la actualidad vale 69,000 millones de dólares y ha generado unas 34,000 tiendas por todo el mundo”, argumenta.
“Y en el caso de Nicaragua hay una experiencia que bien me atrevo a compartir y es la de Pollos Tip Top, que goza de una amplia aceptación a nivel nacional y que con un pequeño empuje podría expandirse a una nueva etapa comercial: franquiciarse” en el exterior, asegura Gallástegui.
TEMOR LOS LIMITA
Para Álvaro Molina, presidente de la Comisión de Inversión y Comercio de la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amcham), el temor a lo desconocido es lo que ha provocado que los empresarios del país no den ese paso.
“Pero desde Amcham creemos que existen muchas experiencias empresariales positivas para dinamizar. Tenemos entre ellas la empresa de chinelas y botas de hule Rolter, que goza de aceptación en la región por ejemplo y aquí lo interesante es identificar esas características atractivas y transmisibles”, detalló Molina.
En este sentido, Gallástegui destaca que una empresa que eleva su marca a franquicia puede obtener una rentabilidad superior al treinta por ciento.
“Veo a Centroamérica y Nicaragua como un mercado de enormes posibilidades y también hay muchos conceptos sólidos que pueden crecer, convertirse en franquicias y abarcar nuevos mercados dentro y fuera del país”. Juan Manuel Gallástegui, especialista en temas de franquicias.
OPORTUNIDAD PARA EMPRENDEDORES
Yalí Molina, socio director de Central Law Molina y Asociados, cree que para estudiantes egresados de carreras universitarias la adquisición de una franquicia es una oportunidad para generar empleos e ingresos, al valerse de la experiencia y conocimiento de quienes ya recorrieron el camino empresarial.
Alejandra Argüello cursa el segundo año de Derecho en la Universidad Americana (UAM) y es consciente que conocer sobre las franquicias es una oportunidad que le abre los sentidos.
“La verdad que me puede servir a mí o a mi papá y tomar en cuenta un modelo de desarrollo que antes no había considerado y que por supuesto se ve muy atractivo”, reconoce la estudiante quien no niega la posibilidad de que a mediano o largo plazo le gustaría tener su propio negocio.
Para Gallástegui, cuando una persona adquiere una franquicia la rentabilidad de la misma puede ser de un 16 a 17 por ciento y la compra de la misma reduce el riesgo de pérdidas y la curva de aprendizaje. Además que en teoría se exponen a información permanente, capacitación continua, promoción y hasta publicidad compartida.
“Para una persona que inicia, la compra de una marca que ya está en franquicia es más viable porque la misma ya posee posicionamiento más todo un bagaje de experiencias”, añade.
RESPALDO LEGAL
Uno de los aspectos que interesa a Gallástegui es que el marco legal para las franquicias no sobrerregule el fluir de las mismas, ya que conoce experiencias de otros países donde las “inhiben”: “A mayor regulación menos crecimiento”, expresó.
“Entre muchos de los elementos que las leyes deben de tomar en cuenta está la imagen a utilizar, el establecimiento de la oferta y un contenido mínimo al contrato”, comparte Gallástegui, quien ve a la región centroamericana como un espacio que emerge en esta materia y donde los países solo han recibido la instalación de las franquicias, pero que cuentan con el potencial suficiente para emitir las propias.
Asimismo, considera de vital importancia que exista en Nicaragua un centro dedicado u organizaciones que vele por el desarrollo de las franquicias, como lo hay en Panamá y Guatemala, que son naciones donde han creado espacios que respaldan estas iniciativas.
CIFRAS EN EL MUNDO
- 63 % de los negocios independientes (no franquicia) no completa el segundo año de vida.
- 95 % de los negocios franquiciados siguen vivos al quinto año y la mortalidad en diez años es del ocho por ciento.
- 42 centavos por cada dólar se invierte en Estados Unidos en una franquicia.
- 22 centavos por cada peso son gastados en una franquicia en México, según estimaciones de Gallástegui Armella Franquicias.
MUJERES PRESENTES
Para el presidente de Gallástegui Armella Franquicias, Juan Manuel Gallástegui, la presencia de las mujeres es de vital importancia en el desarrollo de este modelo de negocio. Estima que entre el 15 y veinte por ciento de unas 38,000 franquicias que existen en el mundo son lideradas por mujeres. Y de ese gran total cerca del 35 por ciento ha adquirido una y las administran con eficacia, indica el especialista. “Cada vez más las mujeres tienen mayor participación en el mundo de los negocios y eso se refleja en los hogares donde tanto hombres como mujeres trabajan, eso hace que exista más ingresos y mayor consumo”, comparte Gallástegui.
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