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Ayer, con la caída del sol las autoridades anunciaron el fin de las tareas de rescate en el Monte Everest, y afirmaron que esta mañana evacuarían al resto de atrapados. LA PRENSA/AFP/ROBERTO SCHMIDT

Avalancha de nieve por temblores

Traumatizados y después de dormir en las calles, decenas de miles de nepalíes se aferraban ayer ante aterradoras réplicas mientras removían los escombros en busca de desaparecidos en medio de la devastación causada el sábado por el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter, que dejó 2,500 muertos y cerca de seis mil heridos, según el último balance del Centro Nacional de Operaciones de Emergencias.

Traumatizados y después de dormir en las calles, decenas de miles de nepalíes se aferraban ayer ante aterradoras réplicas mientras removían los escombros en busca de desaparecidos en medio de la devastación causada el sábado por el terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter, que dejó 2,500 muertos y cerca de seis mil heridos, según el último balance del Centro Nacional de Operaciones de Emergencias.

Mientras, los equipos de rescate evacuaron ayer a 32 personas del Everest, que vive una de sus peores tragedias tras las avalanchas, provocadas por el terremoto, que han causado 22 muertos, una decena de ellos extranjeros, aunque no se han facilitado detalles, 217 desaparecidos y un número indeterminado de atrapados en la montaña más alta del mundo.

Las avalanchas enterraron parte del campamento base donde se encontraban 1,000 escaladores y guías, entre ellos cuatrocientos extranjeros, que se preparaban para el ascenso en pleno comienzo de la temporada de escalada, de acuerdo con el Ministerio nepalí de Turismo.

Ayer, a media mañana, un nuevo seísmo de 6.7 grados en la escala de Richter volvió a aterrorizar a los nepalíes y provocó nuevas avalanchas en el Everest, aunque sin consecuencias graves. “Replica a la 1 p.m. Horrible en el campamento 1. Avalanchas en tres lugares. C1 una pequeña isla”, tuiteó desde la montaña el alpinista Daniel Mazur.

Desde el campamento base, el montañero Alex Gavan avisó también de los nuevos aludes y horas más tarde escribió en Twitter: “Ahora las cosas están más tranquilas pero grandes zonas del campamento base parecen que han pasado por una explosión nuclear. Hay una gran incertidumbre entre las personas”.

Según, Gavan tras el rescate por la mañana de los escaladores heridos todavía quedaban “más de cien” en el campamento 1.

En Katmandú “la electricidad está cortada. Los sistemas de comunicación no funcionan, los hospitales están a reventar y falta sitio para conservar los cadáveres”, declaró la responsable regional de Oxfam, Helen Szoke.

Mientras los equipos de salvamento buscaban entre los escombros, muchos con la única ayuda de sus propias manos, los hospitales se veían desbordados por el número de afectados.

Muchos médicos atendían a los afectados, la mayoría con fracturas múltiples y traumatismos, en tiendas de campaña anexas, debido a la gran cantidad de ingresados en el centro, pero también porque muchas personas tenían miedo de entrar al edificio, explicó Samir Acharya, doctor en el Hospital neurológico Annapurna.

La movilización de la comunidad internacional empezó a sentirse ayer. India desplegó 13 aviones de transporte militar cargados con comida, mantas y material humanitario. China anunció el envío de 62 socorristas con perros.

Estados Unidos desbloqueó una primera partida de 1 millón de dólares, seguido de Londres, 5 millones de libras, Canadá, con cinco millones de dólares y la UE, con 3 millones de euros. Dos aviones rusos con equipos de salvamento debían salir de Rusia con dirección a Nepal, según el ministerio de Situaciones de Emergencia.

Varias ONG, como Médicos del Mundo, Handicap Internacional o Acción contra el Hambre, ya estaban sobre el terreno. Varios equipos compuestos de cirujanos, médicos, logistas y coordinadores habían partido o se preparaban para hacerlo, desde India, Bélgica, Japón o Francia, según Laurent Sury, responsable de los programas de emergencia de Médicos Sin Fronteras (MSF).

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