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Los capitanes del FC Barcelona, Xavi Hernández (i), y del Real Madrid, Iker Casillas (2ºd), durante una rueda de prensa que la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). EFE/Victor Lerena.

Cuenta atrás para la huelga que amenaza el fútbol español

A cinco días de una anunciada huelga de futbolistas que pondría fin prematuramente a la Liga española, unos odios enconados seguían bloqueando este martes una solución a esta querella bizantina en torno al reparto de los derechos de televisión.

A cinco días de una anunciada huelga de futbolistas que pondría fin prematuramente a la Liga española, unos odios enconados seguían bloqueando este martes una solución a esta querella bizantina en torno al reparto de los derechos de televisión.

Apoyado por nombres como Iker Casillas o Xavi Hernández, el sindicato de jugadores (AFE) convocó una huelga indefinida a partir del sábado 16 de mayo para protestar contra el nuevo sistema de reparto de derechos de televisión entre clubes, que, según ellos, perjudica a la Segunda División. La Federación Española de Fútbol (RFEF), también descontenta con el nuevo reparto, había abierto el fuego anunciando la suspensión de los partidos a partir de esa misma fecha.

Una situación inédita en España, que impide, por ahora, la celebración de las dos últimas jornadas de Liga, el 17 y 23 de mayo, y amenaza también la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Athletic de Bilbao el 30 de mayo.

“Eso no ha pasado nunca en la vida, ha habido jornadas de huelga, pero una huelga indefinida no ha ocurrido nunca”, destaca Alberto Palomar, profesor de derecho especializado en el deporte de la universidad Carlos III de Madrid.

Una perspectiva de pesadilla para un país donde el fútbol es rey. No sólo para los aficionados y la Liga, que cifra las pérdidas potenciales en 50 millones de euros por jornada y ha denunciado al sindicato, sino también para el gobierno, en plena campaña electoral.

Intercambio de insultos

Tras la amenaza de huelga se oculta un conflicto personal, aderezado de insultos, entre el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Javier Tebas, y Angel María Villar, que preside la RFEF desde hace 27 años.

“¿Qué hay detrás de todo eso? Hay pésimas relaciones personales, no pueden ser peores. Y un marco de regulación muy complejo”, dice Palomar.

“Hasta ahora, saber donde empezaba la Federación y donde acaba la Liga era muy difícil, pero encima ahora eso tiene dinero de por medio”, explicó.

Mucho dinero: la convocatoria de huelga llega tras la aprobación el 30 de abril de un decreto gubernamental que revoluciona el fútbol español. Da a la LFP la responsabilidad de vender los derechos de televisión de los clubes españoles, cuando hasta ahora cada uno negociaba por su cuenta con el Real Madrid y el Barcelona llevándose la parte del león.

Un auténtico “pastel” económico que tras haber alcanzado los 800 millones de euros en la temporada 2013-2014 podría alcanzar los 1,000 millones.

Todos los clubes aceptan el nuevo modelo de negociación centralizado, pero su reparto es lo que no gusta a jugadores y Federación.

Varias salidas posibles

La Federación afirma que el decreto le da un papel de “cartero” de sumas destinadas a pagar obligatoriamente las cotizaciones sociales de los deportistas, mientras que la Liga recibirá unos ingresos para sus gastos de promoción.

La AFE reclama por su parte un reparto más equilibrado en favor de la Segunda División y se muestra indignada por apenas haber sido consultada para la elaboración de un decreto que la sitúa al mismo nivel que las asociaciones de árbitros y de entrenadores.

“Lo que parece que quieren los jugadores es que de los nuevos ingresos que logre la Liga, percibir una mayor parte de lo que tienen actualmente”, consideró Javier Hervás, abogado y profesor de derecho del deporte.

“Las posturas finales no están tan lejos”, subraya, no obstante, Alberto Palomar, y se podría dar con una solución de aquí al sábado. De todas formas, el gobierno “algo va a tener que hacer, si no, la gente se le va a echar encima”.

Hay varias salidas.

Una de ellas podría ser este miércoles en que la justicia podría ordenar la suspensión de la huelga.

La posibilidad de enmendar el texto en el Parlamento está a priori descartada por el gobierno que buscaba precisamente la rapidez al utilizar la figura del decreto-ley.

Estaría también la posibilidad de prometer a unos y otros mejores condiciones económicas sin tocar al decreto, por ejemplo, por medio del convenio colectivo de los jugadores, señala Hervás.

Deportes futbol español huelga archivo

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