Desde que tengo memoria, siempre he sabido que el nombre original de Rubén Darío es Félix Rubén García Sarmiento. Así lo aprendí en el colegio y todos los nicaragüenses lo sabemos y lo contestamos casi automáticamente cuando nos hacen esta pregunta, como si nuestro inconsciente lo tuviera procesado de una manera nemotécnica.
Lo que la mayoría nunca se ha preguntado es por qué o la causa del apellido que adoptó nuestro genio literario. Los dariistas no han sabido explicarnos bien este origen y nos han enseñado que ambos apellidos, a saber, García y Darío le corresponden a nuestro poeta.
En buena lógica, dos verdades opuestas no pueden ser ambas verdaderas o ambas falsas a la vez. Si una es verdadera, la otra es falsa o si una es falsa la otra es verdadera. O el verdadero apellido de Rubén es Darío o es García, pero nunca ambos a la vez. Hasta aquí la más elemental de la lógica y del sentido común.
En la ciencia y arte heráldica existen historias muy interesantes sobre el origen de nuestros apellidos. Investigando mi propio apellido en una biblioteca de Madrid, encontré historias bastante increíbles como sorprendentes: la primera persona que ostentó el apellido de Cuadra se llamó Iñigo López de la Cuadra, quien salvó de un atentado, a costa de su vida, en Barcelona, la vida del Rey Fernando el Católico.
En dicha investigación encontré también que los apellidos Fernández y Hernández, por ejemplo, significan: los hijos de Fernando y los hijos de Hernando. En inglés, los apellidos “Johnson” y “Jackson” significan: los hijos de Juan y de Jack, respectivamente.
Cuando nuestro poeta fue adoptado por su tía Bernarda y por el coronel Ramírez Madregil, él se firmaba como Félix Rubén Ramírez. Este es el primer apellido que él reconoce como propio. En varios poemas de su niñez lo dejó estampado al final. Sin embargo, cuando se da cuenta que ni su tía Bernarda Sarmiento ni el coronel Ramírez son sus verdaderos padres, aparece de nuevo su apellido García. Así estaba en el acta de su bautismo ¿Por qué después cambió el apellido de García por Darío?
Los dariistas no nos lo explican muy bien, ni mucho menos lo cuestionan. Solo dicen que hay un limbo generacional entre el poeta y su bisabuelo, Darío Mayorga. Edelberto Torres en su libro sobre La Dramática vida de Rubén Darío, nos explica que su bisabuelo era de “abolengo” o de la alta aristocracia. Y no dice que hasta su hermana Ventura Mayorga, usaba su nombre (Darío) como su apellido, a saber, Ventura Darío.
El padre de Rubén Darío se llamaba Manuel García, conocido entonces como Manuel Darío. Era un “tendero” o pulpero, como diríamos hoy, que solía darle regalos al niño Rubén sin que este sospechara de que era él su verdadero padre. Le solía decir tío Manuel. No se sabe ni el nombre de su padre ni el de su madre, solo el de su abuelo Darío Mayorga. Por consiguiente, Darío Mayorga, no pudo ser su abuelo de parte de padre, sino de madre, ya que hubiera heredado el apellido de García. Siendo esto así el segundo apellido de Manuel García (Darío) fue, por consiguiente, el de Mayorga, por parte de su madre, a saber, la madre de Manuel García (Darío). Este enredo es producto del desconocimiento de los ancestros inmediatos de Manuel García o Darío, el padre de Rubén. El “punto ciego” está en que nadie sabe los verdaderos nombres de los abuelos de Rubén Darío por parte de padre.
En conclusión: Rubén escogió el apellido de Darío del nombre de su bisabuelo Darío Mayorga. Su padre Manuel siguió la tradición y Rubén la continuó.
El autor es filósofo y catedrático universitario.