No había terminado la ovación cuando Edgar Sosa “murió”. El culpable fue Román “Chocolatito” González, el hombre que lo derribó en tres ocasiones, lo arrodilló e imploró la piedad del referí para detener el combate en el segundo asalto, después de golpear con una fulminante derecha.
Los sentidos estaban desorientados y su mirada perdida en el vacío. Sosa tuvo que caer para que una verdadera leyenda de los pesos pequeños continúe ascendiendo.
González retuvo anoche su título de las 112 libras del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en un The Forum de Los Ángeles, California, repleto de aficionados que ovacionaron al nicaragüense, que marcó así un gran debut con la cadena HBO. Lo mejor está por venir.
En el primer asalto el estudio fue durante los primeros dos minutos, restando 60 segundos del final comenzaron los músculos del “Chocolatito” a estirarse en la mandíbula de Sosa. El mexicano respondió con cruzados al contragolpe y logró soportar el round, en el que al final González detuvo su estruendo: era muy rápido para que todo se consumara en el primer campanazo.
Un boxeador pletórico, con el peso adecuado sobre el cuadrilátero, con sus movimientos de cintura y combinaciones de golpes calibradas, hacia un guerrero mexicano que se vio adormecido, no dio tiempo de abrir los ojos cuando en el segundo asalto presionó Román González.
Después de la primera caída “Chocolatito” se dio cuenta de que tenía la pelea en sus manos. El alma de Sosa huyó ante la majestuosidad del nica.
Román había hecho de esa pelea para verse en HBO una obsesión, no como un aficionado, sino como un protagonista: “Sosa tiene quijada de acero”, decían los mexicanos, pero el nicaragüense afirmó tener puños de hierro con manos ardientes, con certera puntería para terminar con la victoria con un nocaut técnico a los 2:37 minutos, en el segundo round.
“No esperé un final así”, dijo Sosa tras la pelea, sin embargo no podía contra la grandeza mostrada por el pinolero, que en el corto trayecto de la pelea lanzó 97 golpes y conectó 57, mientras Sosa solo dio 14.
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