Si la decisión fuera participar en las próximas elecciones generales del 2016, e independiente de otras consideraciones, resulta casi imposible lograr un triunfo sobre el sandinismo sin la presentación de parte de la oposición en su conjunto, de un solo candidato presidencial que sea producto de unas elecciones primarias.
El sandinismo va a impulsar la dispersión y la división, y va a apostar a la abstención, que son los dos grandes factores que indiscutiblemente le favorecen. En la medida que lo consiga obtendrían una victoria electoral, sin necesidad de recurrir a su marrullería característica evidenciada en los procesos electorales de los últimos años.
A pesar de que la elección interna y directa por medio de la votación de los diferentes partidos, así como el consenso, son procedimientos de selección democráticos, la elección del candidato por medio de elecciones primarias debe ser el sistema de escogencia, porque es el único procedimiento que en teoría está libre de componendas y compromisos previos, ajenos a los intereses del país.
Algunos podrían pensar, que si el procedimiento mediante votación interna de los partidos políticos funcionó para designar a doña Violeta en el año 1990, también debería funcionar en la actualidad, sin embargo, las actuales circunstancias son total y absolutamente distintas a las de hace veinticinco años.
En mi opinión, las elecciones primarias son el sistema de elección más democrático que existe. En estas elecciones deberían de participar no solamente candidatos postulados por los partidos, sino también personas capaces, honestas e independientes que podrían ser propuestas por las organizaciones de la sociedad civil.
Sería conveniente y ejemplar que además de la elección del candidato presidencial mediante este procedimiento de elecciones primarias, se hiciera el esfuerzo para que también los candidatos nacionales y departamentales a diputados, fueran resultado de la escogencia de sus propias comunidades, estableciendo de esta forma las deseables elecciones uninominales.
La selección de un solo candidato presidencial opositor, representa la única posibilidad de lograr una victoria electoral sobre el sandinismo. La presentación del candidato único es fundamental para lograr un triunfo electoral, sin embargo, no es suficiente para establecer un nuevo orden en el país, ya que de obtener una victoria, deben los partidos y por supuesto el candidato comprometerse a:
1. Elaborar un Programa mínimo común, con el ofrecimiento de una agenda social sincera en beneficio de las grandes mayorías, y con los aportes no solamente de los partidos políticos, sino también de los diferentes sectores de nuestra sociedad. Además de su sentido programático esta iniciativa debe tener un carácter estratégico, para que sustentada sobre las bases sólidas de justicia que exige el Estado de derecho, podamos fundar la verdadera república democrática que nunca hemos tenido.
2. Establecer un gobierno de verdadera unidad nacional, dándole participación a los diferentes partidos políticos y a la meritocracia, y que sea dicho gobierno un firme defensor de la institucionalidad.
Todos los aspirantes a la candidatura presidencial única deberían por medio de una carta compromiso, obligarse a cumplir fielmente con el programa mínimo común, al establecimiento del gobierno de unidad nacional, y apoyar sin restricciones al candidato que resulte ganador en dicho proceso, y el respaldo de personalidades nacionales.
El candidato electo y la plataforma programática actuarían indiscutiblemente, como los grandes eslabones unitarios y representarían además una significativa evolución en el proceder político.
Ya es hora de manifestar que somos capaces de trascender sobre cualquier interés sectario, personal o partidario, revelando además tener como expresión del verdadero cambio que la nación reclama, una propuesta distinta y mejor al estatus político actual.
En la libre voluntad popular expresada en las urnas electorales, radica la verdadera autodeterminación de los pueblos. Quien vence sin contrarios, no puede decir que venció.
El Gobierno debe entender que las próximas elecciones del año 2016 tienen que ser libres y transparentes. Acertadamente don Octavio Paz decía: “Que un pueblo sin elecciones libres es un pueblo sin voz, sin ojos y sin brazos”.
El autor es médico
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