Se les ve concentrados con las miradas clavadas en los papeles sobre una mesa. Uno, con un lápiz de grafito dando pequeños toques en la sien, mientras otro se rasca la cabeza, dudoso. “Esto es alfa. Entonces, la perpendicular aquí va al punto medio”, dice uno de ellos. “O sea, el área de A, B, C y D va a ser igual al producto de diagonales entre dos”, dice otro, mientras todos observan fijamente un cuaderno con garabatos, números, cálculos y anotaciones de todo tipo.
Richard Rodríguez, Oliver Morales, Josué Hernández y Mauricio Rodríguez. Todos ellos son estudiantes de la Academia de Jóvenes Talento y miembros de la Delegación nicaragüense para las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas (IMO, por sus siglas en inglés), con sede este año en la ciudad de Chiang Mai, Tailandia.
Ahora tratan de resolver el problema numérico más difícil de sus vidas: conseguir el dinero suficiente para viajar y representar a Nicaragua en el evento mundial de números.
Ni la academia ni sus familias ni el Gobierno de Nicaragua se hacen cargo de los costos del viaje a Tailandia. Por esto, hace unas semanas, se lanzó una campaña de recaudación de fondos para cubrir el viaje de la modesta delegación: cuatro estudiantes, un tutor y un jefe de comisión. Ellos necesitan 15,000 dólares. Han recaudado aproximadamente 3,800 dólares. Lo pendiente es 11,200 dólares y esa ecuación es la que no han resuelto.
No hace falta ser un genio en cálculo o álgebra para darse cuenta que están en un problema sin resolver. Que las cifras no cuadran y ahora, aparte de la preparación mental para el IMO, deben esforzarse para recoger el dinero que falta. Pero no se desmotivan. Siguen su entrenamiento y están dedicando más de seis horas diarias al estudio intensivo de esta materia.
Mauricio Rodríguez:
Mauricio mueve la mirada de vez en cuando. De repente, se queda viendo a la nada. Está un poco inquieto o nervioso. Lleva el cabello medio crespo, un poco despeinado. Parpadea constantemente. Tiene unas pestañas largas y tupidas y una sonrisa un poco tímida que muestra esporádicamente.
Siempre fue buen alumno, según cuenta él. Hace poco su mamá leía una vieja anotación de un profesor de primaria de Mauricio, donde contaba una anécdota curiosa: un alumno le preguntó en clases si Mauricio sabía más que él. Era apenas el primer grado y sus compañeros de estudios pensaban que sabía más que el profesor.
“Es admirable. Cuando él se enfoca en un área saca su máximo potencial. Es uno de los mejores alumnos que hemos tenido en el área de Geometría”, comenta Nelson Miranda, instructor de la Academia de Jóvenes Talento. “Nelson llegó a hablar al colegio acerca de la academia, fue el primero al que conocí. El profesor se llevó a los mejores de Matemática del grado. Hice el examen y luego me llamaron así empezó todo”, comenta Mauricio, de 16 años.
Su vida ha transcurrido siempre en su hogar en Nindirí junto con su familia y en su colegio Pierre y Marie Curie. Le gusta jugar futbol y el próximo año está dispuesto a entrar al equipo del colegio, ya que este no ha tenido tiempo por las olimpiadas, cuenta.
Cuando le preguntan acerca de su tiempo libre su respuesta inmediata es “¿además de las Matemáticas?” Luego se queda pensativo de pequeño recibió clases de piano, juega futbol, lee a Julio Verne, le gusta estar al aire libre, su animal favorito es el manatí y tiene cinco perros. Pero su mundo definitivamente son los números.
Mauricio ganó medalla de bronce en las Olimpiadas de Centroamérica y el Caribe en 2014. “Estas olimpiadas son un reto. Van alumnos de todos los países, pero por eso estamos entrenando ahorita más fuerte que nunca”, dice.
Aún está indeciso acerca de la carrera que quiere estudiar en el futuro, pero definitivamente tiene que ser algo relacionado con las Matemáticas. Según cuenta, de pequeño quería ser científico y hoy, justo en su quinto año de bachillerato, todavía quiere serlo.
Oliver Morales:
Letras, números, música y humor. Oliver Ulises Morales es un agradable coctel de cualidades y habilidades. Además de ser parte de la delegación que quiere representar a Nicaragua en las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas 2015, también ha ganado diferentes reconocimientos y concursos a nivel municipal y departamental en Ortografía y Literatura.
No es tímido. Habla con seguridad, determinación y sonríe mucho. Juega beisbol, juegos de mesa y de vez en cuando va al gimnasio. Fue campeón departamental de ajedrez el año pasado. Y si puede, un día no muy lejano le gustaría ser presidente de la República.
“Oliver es activo. Tiene bastante energía y le gusta estar dando bromas y contando chistes. ¡De todo saca un chiste! Pero también es súper brillante, tiene uno de los mejores expedientes estudiantiles de Nicaragua. Fue mejor alumno de secundaria del país ”, describe Nelson Miranda, su instructor.
Morales sale bastante con sus amigos. Cuando estaba pequeño quería ser policía, pero su sueño hoy es estudiar Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Ingeniería. Le gustó Rápidos y Furiosos 7, toca guitarra y escucha música rock. En 2014 ganó medalla de bronce en las Olimpiadas Iberoamericanas de Matemáticas.
Tiene 17 años y ahora cursa el quinto año de secundaria en el Colegio San Francisco de Asís en Juigalpa, Chontales. Vive con su mamá y hermanos.
Siempre le han gustado las Matemáticas, pero fue hasta que entró a la academia que estas empezaron a ocupar un papel protagónico en su vida. El año pasado se hizo la elección. Los estudiantes olímpicos y preolímpicos hicieron unos diez exámenes y él quedó entre los escogidos para representar a Nicaragua este año en las Olimpiadas.
“Esto es intenso. Emocionante. Alegre. Cuando llegás a este nivel es porque algo realmente te gusta. Ya es un pasatiempo, pero a la vez, es algo que sentís que tenés que hacer”, menciona Oliver emocionado. Ya están en entrenamiento intensivo. Los horarios son de 8:30 a.m. a 12:30 m. y de 1:30 p.m. a 5:30 p.m. Y durante la noche el estudio continúa a la propia voluntad de cada quien.
“Mis expectativas son dar lo mejor de mí y traer una medalla para el país”, dice.
Richard Rodríguez:
El coqueto del grupo. “¿Así está bien?”, pregunta a la vez que posa y sonríe mientras le toman fotos. Se pasa la mano por el cabello castaño constantemente para arreglarlo. Según dice, le encanta hacer nuevos amigos, llevarse bien con las personas y jugar baloncesto. Toca la flauta y la guitarra.
Además de los números, le gustan las letras. Fue candidato para participar en las olimpiadas departamentales de Literatura, para las que realizó un ensayo acerca de Rubén Darío que, según cuenta, le quedó “muy bueno”.
“Entrar a la Academia de Jóvenes Talento fue parte de la competitividad que siempre he tenido. Mi profesor llegó con los exámenes, hicimos la convocatoria nacional y luego el examen presencial fue difícil. Es mucho más que sumar, restar, multiplicar y dividir”, comenta Rodríguez, de 16 años.
Estuvo a punto de salirse de la academia, ya que había temas que él por estar apenas en segundo año de secundaria no dominaba a la perfección. Cada sábado su mamá le decía “pensá que es la última vez que vas”, porque él estaba desilusionado y no quería seguir. Pero su papá le insistió que no lo hiciera y empezaron a estudiar juntos en casa.
“Y Dios bendijo mi esfuerzo”, dice Richard, porque al final del semestre se hizo un recorte de los alumnos que no se estaban esforzando y no solo no lo expulsaron, sino que lo pasaron a tercer nivel, el preolímpico, donde todo es más difícil. Ese diciembre de 2012 se la pasó estudiando y la clase que antes más le costaba es ahora su favorita: la Geometría.
Estudia en el Colegio Bautista en Managua y en su aula a veces le dicen “cerebrofox”. Una mezcla de burla, envidia y respeto. Él se lo toma a buenas. No va mucho a fiestas. Sus actividades son más bien ir a comer, al cine o solo salir con sus amigos.
Le encanta comer pizza y tiene un perro cuyo nombre es tan elemental como dos más dos: Perro. “Richard no se limita a las Matemáticas, es un chavalo espontáneo que contesta a todo siempre, hasta ganó premios en Oratoria”, dice Nelson, miembro de la delegación que busca el boleto a la competencia de números.
“Esta es una oportunidad única. La IMO es el sueño de todos los que estamos acá. Me siento muy feliz, es un reto además por la exigencia que lleva. Aparte, mientras las demás delegaciones están practicando y concentrados, nosotros estamos viendo cómo recogemos lo del pasaje”, critica con cierta desazón Rodríguez.
Josué Hernández:
“Quiero estudiar Ingeniería en Computación y crear un sistema operativo que pueda decirle adiós a Windows. Desde pequeño me ha gustado esto”, dice. Se acomoda los lentes. Queda viendo a todas partes y mueve las manos mientras habla como para explicar algo. Es delgado, blanco, alto y pensativo. Josué tiene 16 años y es de Mateare.
Su primo lo animó y se decidió a entrar a la academia. Mientras estudiaba obtuvo el puntaje más alto de las cuatro clases que se imparten. Eso lo motivó y lo halagó. “Óyele, sí soy bueno con las Matemáticas”, se dijo a sí mismo.
Esa no es la única faceta de Josué. No le gusta mencionarlo a mucha gente porque después “le buscan pleitos”, según dice, pero además de las Matemáticas practica karate-do: participó como parte de la federación nicaragüense de esta disciplina en el XVI Campeonato Centroamericano y del Caribe. Pero no podía montar dos caballos de una vez, así que este año decidió dedicarle todo su tiempo a las Matemáticas y dejó las artes marciales para más tarde.
Le fascina la pizza y las películas de ciencia ficción y artes marciales. Le gustan mucho los anime, los videojuegos y está aprendiendo a tocar el piano.
El viaje a Tailandia lo entusiasma. “Tal vez muchas personas piensen que solo vamos a conocer un país, pero llevo cinco años en la academia, eso equivale a una carrera universitaria. Es grande el esfuerzo que he hecho. Sé que todos estos años van a dar frutos en las olimpiadas”, dice Hernández.
“El área favorita de Josué es el Álgebra y ahí se ha desarrollado muy bien. Y se desarrolla también en otros aspectos”, asegura su tutor, Nelson Miranda.
Josué, realista como ninguno en su grupo, sabe que 15,000 dólares es mucho dinero y que todos sus sueños por poner en alto el nombre de su país corren el riesgo de quedar en nada. “Me siento un poco mal. Se puede lograr cumplir nuestro sueño, pero ya estamos llegando a la fecha límite. Yo no quiero decir que ni el Gobierno ni las empresas nos están ayudando, pero me gustaría que quizás ya no para este año, sino que en las próximas competencias puedan dar apoyo a la delegación de Nicaragua”, dice con cierto pesar Josué.
El reto
La fecha límite para inscribirse es el 31 de mayo, pero ellos están pidiendo una prórroga para recoger la mayor cantidad de dinero posible. Necesitan 15,000 dólares, de los cuales han alcanzado 3,800, pero siguen esforzándose para recaudar el presupuesto y viajar.
Nelson Miranda, el instructor de los cuatro jóvenes, se lamenta del poco apoyo a la ciencia en Nicaragua. Dice que el país apoya a los atletas, a los artistas, pero no a los que apuestan a la ciencia.
“Si usted pregunta por deportes de Nicaragua se conocen beisbolistas de Grandes Ligas, boxeadores, futbolistas. Si pregunta por arte de Nicaragua se conocen escritores, pintores, cantantes. Y si pregunta por ciencia, en Nicaragua no existe. Este es nuestro propósito: rescatar el papel de la ciencia. No son nuestros nombres los que van a figurar en el mundo; no dirán ‘Richard, Mauricio, Oliver y Josué fueron a la IMO y dieron una buena participación o ganaron medallas’. Dirán más bien ‘Nicaragua fue a las Olimpiadas. Nicaragua tuvo una mención de honor. Nicaragua ganó medalla en las Olimpiadas’”, dice Josué Hernández.
NICARAGUA Y LA IMO
Las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas es el concurso de matemática más prestigioso en el mundo. Cada año se realiza en un país diferente y participan las delegaciones de más de 100 países de los cinco continentes.
Debido al poco apoyo económico que se da a las delegaciones del país, Nicaragua solo ha participado en dos ocasiones: En 1987 en Cuba y en 2013 en Colombia.
CONTACTO
Si usted desea apoyar a estos jóvenes, puede contactar a Nelson Miranda, Tutor de la Academia de Jóvenes Talentos, al 8820-4902, o a Auxiliadora Cotedano, Coordinadora General de la Academia de Jóvenes Talentos, al 8688-0555.
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