Al cantautor y poeta español Joaquín Sabina le importa “un carajo” su trascendencia y lo único que le gustaría es haber dejado tras su muerte unas 16 canciones de las que no se avergüence y que hayan cruzado el mar, aseguró en una entrevista con Acan-Efe en Panamá.
“Me importa un carajo mi trascendencia —asegura el artista—, lo único que me importa es que cuando me muera deje al menos 16 canciones que no me den vergüenza y hayan cruzado el mar, pero lo que pase después de mis cenizas te aseguro que no me importa lo más mínimo”.
Empeñado en definirse como un cateto de Úbeda —pueblo del sur de España—, a sus 66 años, tras publicar una veintena de grabaciones de estudio, de las que ha vendido más de diez millones, y escribir nueve libros, cree “un milagro haber cruzado el Atlántico y cantar más veces en México y Buenos Aires que en España”.
Amante correspondido de Latinoamérica, considera que el expresidente de Uruguay (2010-15), José Mujica, es el político y líder social más importante que hasta ahora ha dado el siglo XXI.
“Hace un mes estuve unas horas con el Pepe del Uruguay, Pepe Mujica, y me fascinó como fascina a todo el mundo, porque hace falta mucha gente como él que crea en lo que dice y viva como dice”, explica.
Al contrario, manifiesta sus reservas hacia la figura del expresidente venezolano Hugo Chávez, “a pesar de lo bueno que haya podido hacer”. “Y si no me gustaba Chávez —agrega—, ni te cuento lo que opino de Nicolás Maduro”, su sucesor.
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