Ante los constantes daños que provocan en la actividad agrícola los reiterados episodios de sequía, la solución inmediata que surge es la instalación de sistema de riego y la cosecha de agua. Sin embargo, se requiere un manejo eficiente del agua que permita mejorar su impacto, el cual está determinado por la forma en que se use en los cultivos y de la productividad de estos.
“El año pasado el IICA (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura) emitió una declaración firmada por los 34 ministros de agricultura de la región que establece lineamientos para el uso eficiente del agua”, dice Mario Aldana, representante de ese organismo en Nicaragua.
“Mejorar la productividad del agua en la agricultura ayudará a disminuir la presión de los recursos hídricos, la degradación ambiental y contribuirá a la seguridad alimentaria, liberando agua para otros usos y sectores”, dice parte de la declaración emitida por los ministros.
Aunque el manejo integral del recurso hídrico es una responsabilidad compartida entre los sectores público y privado, hay consenso en torno a que depende en gran medida del impulso de políticas gubernamentales en cada país.
“No debemos esperar momentos críticos, sobre todo con el cambio climático ni seguir esperanzados en lo que nos llueva. Hay que establecer al menos la infraestructura básica para sistemas de riegos de auxilio, que se aplican en los momentos de floración de los cultivos para asegurar las cosechas”, advierte Aldana.
Para el desarrollo de innovaciones que permitan elevar la productividad del agua se recomienda priorizar a las comunidades del Corredor Seco y a la agricultura familiar.
Por su parte, el director general del Centro de Entendimiento con la Naturaleza (CEN), Alan Bolt, insiste en la necesidad de que la población en general cambie sus patrones y dejen de pasar factura a la naturaleza con las actividades que realizan.
Opciones
Entre las técnicas para un mejor manejo del agua, los especialistas aconsejan retomar conocimientos tradicionales y ancestrales, que unidos a los modernos y a las tecnologías garanticen en la manejo integral del recurso hídrico.
Entre estos la siembra directa o sin labranza, usar tecnologías que permitan un suministro más preciso y focalizado del agua con base en las necesidades de las plantas y masificar el uso de cultivos bajo techo.
También se contempla la producción y uso de semillas tolerantes a la sequía.
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