Un ambiente desordenado favorece respuestas más creativas que uno limpio y arreglado. ¿Sorprendente? Y hay más. De acuerdo con un artículo publicado en el diario español El País, esas oficinas minimalistas son un freno a la creatividad, pues el orden perfecto donde todo está previsto y perfectamente ajustado en cuanto al espacio y tiempo no da lugar a la improvisación ni a la creatividad . Aunque no todo es malo en los ambientes ordenados, porque favorecen la armonía , la relajación, la eficacia en el rendimiento y el bienestar con uno mismo. A nuestro cerebro le resulta agradable y por eso busca patrones, estructuras y normas . La clave está en encontrar el equilibrio: “Cierta dosis de desorden es conveniente para dar un toque de improvisación , de informalidad y de frescura a la vida”, explica el artículo.
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