“Aquí hay una mafia que está bien estructurada dentro de las instituciones del Estado (lastimosamente) que conspira contra el recurso bosque, sin importarles que muchas comunidades se están quedando sin agua”, enfatizó este viernes Hazly Tourniel Rivera, directivo de la Asociación Ambientalista Mogotón.
Junto con algunos habitantes de la comunidad de Santa Rosa y miembros de las comunidades eclesiales de base de León, Carazo y Masaya —integrantes de la Asociación— paralizaron parcialmente el tráfico en la carretera Ocotal-San Fernando, a la entrada a Santa Rosa, haciendo mérito al Día Mundial del Medio Ambiente celebrado ayer.
Hazly Tourniel reveló que en el marco de la campaña “Actuemos Ya, salvemos la Cordillera Dipilto-Jalapa”, la comunidad de Santa Rosa entregó recientemente a los funcionarios del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena) de Nueva Segovia una carta de protesta para evitar que autoricen a un reconocido industrial maderero del departamento dos concesiones de “aprovechamiento forestal” en las faldas del cerro Mogotón y La Chamuscada, al amparo del decreto presidencial 40-2014 de suspensión de la Veda Forestal en el pino.
Reconoció que es tanta la desesperación de la comunidad de Santa Rosa que invitaron a funcionarios de Marena y los llevaron a la zona considerada de recarga hídrica y área núcleo de la Cordillera Dipilto Jalapa, para demostrar en el terreno que ninguna concesión es viable, que esas áreas no son sujetas de explotación.
“Hoy es el día que comienza una revolución contra los delitos al medioambiente; hemos hecho denuncia ante la Policía, el Marena, Inafor, Procuraduría, Fiscalía, el Ejército, pero a todos les gusta el futbol, porque la pelota se la cruzan unos a otros”, insistió el ambientalista.
“Las lluvias se nos han corrido”
J osé Félix Ruiz Bacilio, responsable del Comité de Agua de la comunidad de Santa Rosa, que nació hace 33 años en el municipio de San Fernando, señaló que “es responsabilidad de todos defender nuestra cordillera, sufrimos las consecuencias al escasearse el agua durante dos semanas consecutivas en abril y todo porque a un productor se le ocurrió tumbar cuatrocientas hectáreas de pinos, ante los ojos y paciencia de las autoridades, para sembrar café dejando desprotegida la cabecera de la fuente”.
Las comunidades de Achuapa, Salamají, San Antonio y el mismo Santa Rosa, para un total de setecientas familias, han sufrido las consecuencias del despale indiscriminado. “Las lluvias se nos han corrido, la quebrada ya no da abasto con la poca producción de agua y la situación llegó a tanto nivel de gravedad que ya ni en el CDI se cocinaba por falta de agua. Necesitamos que estos señores se pongan la mano en la conciencia”, enfatizó Ruiz Bacilio.
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