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Jairo Antonio Méndez

Medios y poder en Nicaragua

Debo confesar que siempre he visto en la obcecada afición del doctor Guillermo Rothschuh Villanueva algo fuera de lo normal, pues la comunicación, entendida desde su acepción más trivial o teorizante, es un concepto que implica algo tan cotidiano, tan simple, pero él insiste en estudiarla y exponerla desde su complejidad.

Esta vez el poeta hijo de poeta aparece con su obra Medios y poder en Nicaragua en la que, sin abandonar su porte de académico, se aleja de las líneas teorizantes y nos hace una propuesta más dialogada, más suave, con un lenguaje coloquial.

El solo leer la palabra poder en el título del libro podría suponer el manifiesto procaz de un Guillermo Rothschuh signado por muchos desde su rebeldía. Sin embargo, basta con adentrarse un poco en la lectura del libro para descubrir que el poder se presenta como eje transversal del mismo, pero, no es el concepto de poder al que estamos acostumbrados, ese poder que a diario inunda las fuentes de nuestra utopía. Guillermo trastoca ese concepto y lo muestra expuesto en sus diferentes tonalidades, formas, expresiones y matices, así el poder aparece como fuente de contra poder o como presa de sus mismas artimañas.

La objetividad y la subjetividad del poder es un exquisito plato de sobremesa en este libro. Medios y poder en Nicaragua nos muestra la preocupación de un experto en comunicación por poner en la agenda pública y privada temas de los que ya había advertido, desgañitándose, desde hace más de dos décadas. Insiste, por ejemplo, en advertir a los parlamentarios de la urgente necesidad de incluir el tema de los medios de comunicación en su agenda de prioridades, pero sale siempre al frente de cualquier intento de la clase política para regular el ejercicio del periodismo arguyendo su frase que “la mejor ley, es la que no existe”.

La propiedad de los medios abandona el espacio privado para ser convertido en un tema de cuestión pública que es develado letra por letra, al cual define como el duopolio mediático, producto de procesos onerosos en la administración del espacio radioeléctrico, pero haciendo honor a sus clases de ética periodística Rothschuh no profiere la denuncia vana, va y escudriña los registros, da nombres, los confronta y los expone sin tapujos.

El tema de la propiedad de los medios lleva consigo la preocupación del autor por el tema de la independencia de sus dueños y luego de un minucioso análisis sugiere que el término independencia cuando se trata de política editorial de un medio, sea leído entre comillas.

En el entretejido de esa fibra endeble que conforma a los medios de comunicación se encuentran dos elementos que el autor muestra indisolublemente vinculantes: propiedad y programación. “Dime de quien eres y te diré lo que programas” parece ser la fórmula a través de la cual Guillermo erige su crítica a unos medios cada vez más extranjerizantes, enlatados, alienados y alejados de sus audiencia y lectores.

El doctor Rothschuh sale en defensa de las audiencias, haciéndonos recordar a los Apocalípticos e integrados de Umberto Eco y se lamenta de la supremacía del rating que justifica la pobreza de las programaciones. “Es necesario reivindicar a las audiencias”, parece gritar Guillermo desde las líneas de este libro.

El académico pone en evidencia la pobreza intelectual que muestra la programación televisiva, carente de una producción nacional y minada por formatos desfasados.

En lo que suena a sueños escritos en carta al niño Dios, Guillermo se lamenta para terminar expresando: Aspiro a una televisión con olor a Nicaragua.

Triste realidad la que vive el país cuando sus principales medios de comunicación están en manos del facilismo que tiene al mercantilismo como bandera.

Cuando de abordar el papel de los periodistas se trata, encontramos a un crítico férreo advirtiendo que urge la moralización de la labor informativa para alejarla de la garras de la mercantilización, describiendo al periodismo como “una profesión riesgosa, llena de sobresaltos, cargada de tensiones, objeto de suspicacias, vituperada por los políticos, amenazada por los gobernantes, intervenida por los anunciantes, acechada por el narcotráfico, justamente valorada por la ciudadanía”.

Rothschuh cuestiona en sus líneas, con aguda percepción, el tema de la agenda de los periodistas, así en la página 56 del libro podemos leer lo siguiente refiriéndose a nosotros los periodistas: “Existe espacio suficiente para mejorar la calidad de sus propuesta informativas, una de sus debilidades persistentes proviene de la naturaleza institucional de sus agendas. Cuando el estado vacaciona, así como para finales y principios de año se produce una especie de vacío en sus agendas. Los retos saltan a la vista. Continúan atados a las rutinas de las instituciones estatales, policiales, bomberiles y cruzrojistas”.

Medios y poder en Nicaragua ” nos presenta también la redefinición del hacer política que han planteado los medios de comunicación asegurando “que la política es, fundamentalmente una política mediática” y que en la actualidad el poder está ejercido por una dictadura mediática, dictadura desde la cual el mensaje ya no lo define el político sino que el medio mismo.

Esta es una de la más sobresalientes variantes del poder que se encuentran en el libro, por un lado la clase política no abandona su pretensión de controlar a los medios, pero por otro lado aparecen los medios ejerciendo su poder sobre ellos y cito: “…convertidos en las nuevas plazas públicas… es la primera vez en la historia que los medios imponen las reglas del juego político. Una dictadura que están aprendiendo a enfrentar”.

Guillermo nos presenta un panorama de diferentes experiencias en América Latina, realizando un balance objetivo con sus claros y oscuros. Nos empapa de temas como el espionaje cibernético que invade la privacidad individual y colectiva, en momentos en los que en el país las voces de empresarios y otros sectores se apresuran a expresar su oposición al control de internet por parte de TELCOR y las voces mundiales denuncian el espionaje masivo de Obama a través de su Agencia Nacional de Seguridad (NSA). El abordaje de estos temas hace del libro que nos ocupa una obra contextualizada.

El autor es periodista y docente universitario.

Opinión medios poder archivo

COMENTARIOS

  1. Obsevador
    Hace 9 años

    Los medios siempre obedecen a la política que impulsan sus dueños. Si aquí es muy pobre es porque somos expresión del subdesarrollo que nos caracteriza, al igual que en los temas económicos o políticos. Empecemos por soñar que es posible lograr 12 años como promedio en nivel educativo y aceptando que el sueño es bueno, trabajemos para hacerlo realidad un día. Entonces el panorama mediático y general, habrá cambiado, no antes.

  2. Álvaro Zúniga
    Hace 9 años

    Interesante análisis, hecho por el Lic. Jairo Antonio Méndez, del ponderado estudio, que del espectro mediático nacional, el carácter de propiedad de los mismos y la ética con la que, día a día ejercen la honorable labor los periodístas, hecho por el Dr.Guillermo Rothschuh Villanueva en su libro: Medios y poder en Nicaragua. Ambos profesionales contribuyen denodádamente al debate sobre el ejercicio ideal de ésta insigne profesión en Nicaragua. Mi estima, respeto y consideración siempre colegas.

  3. Miguelo
    Hace 9 años

    Fe de errata: Se escribe espurio en lugar de espureo.

  4. Miguelo
    Hace 9 años

    El dictador nazichamuco nunca ha ganado ninguna elección popular, todas han sido amañadas y por lo tanto un robo. El dictador es un ladrón de la voluntad popular quienes siempre han anhelado una verdadera democracia en lugar de andar lamiendo botas y gritando en las rotandas a cambio de un empleo. El poder que ostenta el dictador es espúreo y fugaz, aunque, los sapos crean que es el cuarto Reich.

  5. Hace 9 años

    Nicaragua no es diferente de otros paises ni esta gobernada por angelitos. En los Estados Unidos y Europa la media es propeidad de Rupert Murduch de ultra derecha y el gobierno USA mantiene un hermetismo sobre sus torturas , invasiones y bombardeos ilegales a otro paises. En esta lupa Nicaragua es un pais democratico y donde las elecciones son ganads for el FSLN por voluntad popular pues los angelitos de la oposicion estan tan podridos que nadie los quiere ni pintados.

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