La llamada “prueba del amor” en las relaciones de noviazgo, persiste y es reconocida entre los adolescentes “como una relación sexual o como una situación entre novios”, pero no como una condición en la que hay abuso sexual, “porque hay seducción, hay chantaje y amenaza”, sostuvo la coordinadora del Movimiento Contra el Abuso Sexual (MCAS), Lorna Norori.
“Cuando el hombre o el novio les dice ‘yo voy a terminar esto con vos si no te acostás conmigo’, (las adolescentes) están reconociéndolo más como una propuesta dulce”, señaló la especialista.
El MCAS realizó un diagnóstico en relación con la visión de los adolescentes sobre el abuso sexual y según los resultados del mismo estos no asumen que están en riesgo, señaló Norori.
Es por ello que el MCAS promueve que el sistema educativo impulse un protocolo para abordar el tema en las escuelas, en algunos el proceso ya inició.
En los colegios privados es donde ha habido mayor apertura, no así en el sector público, cuando “lo ideal” sería que el Ministerio de Educación (Mined) defina un programa específico junto al MCAS, indicó la especialista.
Norori dijo que han firmado convenios con los centros privados para la aplicación del protocolo, pues la metodología del mismo requiere de un proceso que tarda al menos cinco meses.
Además explicó Norori que el protocolo “es como saber qué información darles a las chavalas y a los chavalos, es saber qué hacer si el profesor es el que resulta señalado de abusador, es que los profesores sepan cuáles son los límites en las relaciones con los niños y adolescentes”.
Y aclaró que en esto “ningún profesor puede aducir que la chavala se le metió, ninguno puede aducir eso, porque siempre va a ser culpable”.
524 fue la muestra de estudiantes de colegios privados y públicos con quienes el Movimiento Contra el Abuso Sexual realizó el estudio para conocer la visión que tienen alrededor del tema del abuso sexual.
Jorge Mendoza, director del Foro de Educación y Desarrollo Humano, manifestó que el sistema educativo nacional debe crear las condiciones para que las escuelas sean lugares seguros. Y por tanto, que los maestros puedan abordar de manera adecuada el tema del abuso sexual.
También, recordó Mendoza, que la escuela juega un doble rol, pues debe abordar los casos que pueden producirse allí como los que sufren en las casas.
A su criterio las escuelas normales deben asumir la formación de los docentes en este tipo de temas.
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