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“Medicina” errónea en cambio climático

En cada ciclo productivo los efectos del cambio climático son más severos. Los largos períodos de sequía en una época del año y de intensas lluvias e inundaciones en otra provocan la pérdida de cosechas, muerte de ganado, migración de cultivos en busca de tierras más aptas y otros efectos que se traducen en graves daños económicos.

En cada ciclo productivo los efectos del cambio climático son más severos. Los largos períodos de sequía en una época del año y de intensas lluvias e inundaciones en otra provocan la pérdida de cosechas, muerte de ganado, migración de cultivos en busca de tierras más aptas y otros efectos que se traducen en graves daños económicos.

Muchas son las organizaciones que promueven medidas de adaptación, pero en función de adecuar el actual sistema de producción a las nuevas condiciones. Es decir, un abordaje equivocado, ya que no ataca el origen del problema, lo que agravará la escasez de agua, alimentos y pérdida de cosechas. Esto provocará que en países pobres como Nicaragua las brechas existentes se acentúen en detrimento de los grupos más vulnerables, así lo determina el estudio Políticas contra el cambio climático y la sostenibilidad de la vida: una mirada desde la economía feminista, realizado por los investigadores Asunción Lera, de Noruega; Des Gasper, de Holanda, y Ana Victoria Portocarrero Lacayo, de Nicaragua, quien coordina la investigación.

“Hay muy poca crítica y por ende muy poca política definida para transformar el sistema económico que está produciendo el problema”, asegura Portocarrero Lacayo, coordinadora académica de la maestría en Perspectiva de Género y Desarrollo de la Facultad de Humanidades y Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA).

POLÍTICAS INADECUADAS

El Banco Mundial, según el estudio, trabaja en función de que el cambio climático no interfiera en los procesos de crecimiento de los países. Mientras que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) centra su abordaje desde la justicia y el respeto a los derechos humanos.

Pero las opciones que presentan son muy similares, aunque con algunas diferencias promueven un modelo de desarrollo que haga más eficiente la producción, de manera que garantice las exportaciones, una mayor apertura de los mercados, la privatización de algunos servicios.

Es decir, promueven políticas para que países como Nicaragua se adapten “hasta donde se pueda” a la problemática ambiental, para que la economía siga funcionando de manera similar. Para que se siga exportando y “en teoría” distribuyendo de manera equitativa los recursos, señalan.

“Mucho de lo que se está promoviendo tiene la misma lógica de las medidas de ajuste estructural aplicadas en algún momento. Es decir, que el cambio climático se ha convertido en la nueva razón para ‘ordenar’ la economía… y mientras no se ataque el origen del problema no van a aminorar los efectos”, afirma Portocarrero Lacayo.

Reflejo de esto es que se plantea la necesidad de usar tecnología de punta que no puede estar en manos de la población, ni siquiera del Estado, sino de grandes empresas.

“Muchos de los proyectos de reforestación y de venta de bonos de carbono están llegando a los países a sembrar grandes y extensas plantaciones, incluso de especies que no respetan la biodiversidad y dañan los ecosistemas y con ese pretexto provocan el desplazamiento de las poblaciones”, precisa.

Y añade: “Bajo la lógica capitalista de exclusión, despojan a las poblaciones de la tierra”.

El estudio advierte que de seguir negando la realidad de los efectos del cambio climático, habrá más sequías, inundaciones y epidemias. Lo que incrementará los problemas de hambruna, escasez de agua y alimentos y la exportación de varios productos estará en riesgo.

“No se puede seguir produciendo solo en función de exportar. Las políticas de producción, comercio y seguridad alimentaria deben conjugarse al repensar una estrategia para evitar que se sigan generando grandes marginalidades, desplazamiento, hambruna y pobreza en las áreas urbanas adonde se desplazan los campesinos afectados por los cambios del clima”, aconseja.

NICARAGUA SOLA NO PUEDE

Teniendo en cuenta las limitaciones de Nicaragua y el resto de países del istmo, la regionalización es una de las opciones que se contempla para el estudio Políticas contra el cambio climático y la sostenibilidad de la vida: una mirada desde la economía feminista, para enfrentar el cambio climático.

“La articulación de los países centroamericanos, incluso con los de América del Sur, permitiría crear mercados más completos que produzcan los bienes y servicios para sostener a la población. Este no necesariamente tendría que estar interconectado con otras regiones, ya que eso nos hace más vulnerables. Esa es una iniciativa que podría funcionar”, dice Ana Victoria Portocarrero Lacayo, coordinadora del estudio.

Sin embargo, las ataduras que tienen los países a través de una gran cantidad de tratados y convenios comerciales, impiden una verdadera regionalización económica, por lo que los países tendrán que seguir “navegando en ambas aguas” y aprender a sobrevivir en ellas, dice Portocarrero Lacayo.

¿QUÉ DEBE HACERSE?

Según el estudio Políticas contra el cambio climático y la sostenibilidad de la vida: una mirada desde la economía feminista, es imprescindible que las estrategias de adaptación al cambio climático apoyen a los países más vulnerables.

Este apoyo debe ir acompañado de compromisos reales de países como Estados Unidos —que siendo uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, aún no firma el protocolo de Kioto, que busca reducir estas emisiones— y de cambios en las economías altamente dependientes del petróleo.

Además, estas medidas no deben depender de recursos ni de tecnologías supeditadas a prioridades que no incluyen la seguridad y soberanía alimentaria.

A DISCUSIÓN

Este año los autores de la investigación Políticas contra el cambio climático y la sostenibilidad de la vida: una mirada desde la economía feminista promoverán una discusión amplia e inclusiva que permita definir una estrategia económica para  enfrentar los efectos del cambio climático en función de garantizar la sostenibilidad de la población y no solo la producción exportadora.

Boletin Economía cambio climático Nicaragua archivo

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