Ayer 22 de junio se cumplieron dos años de que un grupo de delincuentes, transportados en camiones de la Alcaldía de Managua, atacaron cobardemente, amparados por la oscuridad y ante la vista y paciencia de la Policía Nacional a un grupo de jóvenes que se identificaban como #OcupaINSS.
#OcupaINSS se había organizado para apoyar a los adultos mayores que desde el año 2007 venían demandando al gobierno de Daniel Ortega una pensión reducida del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), ya que ellos no habían podido cotizar las 750 semanas que exige la Ley para tener derecho a una pensión completa.
Los ancianos, agrupados en la Unión Nacional del Adulto Mayor (UNAM) como medida desesperada y después de años de exigir sin resultados, se habían tomado las oficinas principales del INSS en Managua. Esa actitud valiente despertó la solidaridad de los jóvenes que bajo la etiqueta #OcupaINSS de la red social Twitter se organizaron para apoyarlos. El movimiento rápidamente se popularizó y cada vez más jóvenes se unían para apoyar a los adultos mayores.
La reacción violenta del régimen orteguista ante esta solidaridad demuestra el terror que el autoritarismo fascista que gobierna Nicaragua le tiene a las protestas organizadas porque sabe que en esta sociedad subyace el descontento.
Además de eso, el cobarde ataque del 22 de junio de hace dos años ha dejado claro que, para vergüenza de la institución y sus integrantes de más alto rango, la Policía Nacional ha pasado a ser el brazo armado del régimen, violentando así su principal deber que es mantener el orden y garantizar la seguridad de todos los nicaragüenses.
El ataque de las turbas dejó como saldo, además de una gran cantidad de jóvenes y ancianos atemorizados, pérdidas materiales tales como: siete vehículos, cuatro motos, 27 celulares, nueve cámaras digitales, 25 carteras, cuatro Ipads y tres computadoras robadas. Las denuncias fueron puestas pero nada ha aparecido.
La Policía ha llegado a tal punto de sumisión y descaro que —además de no resolver un caso tan sencillo— se ha negado a emitir el certificado de robo para que las empresas aseguradoras puedan pagar a los propietarios por sus pérdidas. De más está enumerar en este espacio el triste papel que han desempeñado ante estos hechos otras instituciones como el Ministerio Público, que ya desde mucho antes que la Policía había entregado su honor y vergüenza al poder político.
Pero el más importante significado de los sucesos del 22 de junio del 2013 no está en la reacción violenta del régimen que usa matones para atemorizar a ciudadanos que reclaman justamente por sus derechos y a quienes se solidarizan con ellos.
Tampoco es el hecho de que confirmemos, una vez más, que esas instituciones se han convertido en fantoches del régimen.
El más claro significado del 22 de junio y de #OcupaINSS es lo escribió ayer en su cuenta de Twitter monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua: “Es la historia la que hará justicia a los jóvenes de #OcupaINSS, haciendo que los recordemos como un ejemplo y una luz para el país”. Pero eso solo será cierto si los nicaragüenses no solo se limitan a recordarlos.
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A