Un registro de las tropas estadounidenses en la vivienda de un antiguo comandante afgano veterano de la guerra contra los soviéticos desembocó en graves disturbios contra Estados Unidos en la provincia de Parwan, en el norte de Afganistán.
La acción en la casa de Jan Ahmad se produjo la noche del 28 de junio en Charikar, la capital regional, y tras la operación las tropas estadounidenses detonaron un depósito de armas que encontraron en la vivienda, “lo que provocó el enfado de la gente”, dijo a Efe el portavoz del Gobierno regional, Abdul Wahid Sediqi.
El portavoz aclaró que en la operación no hubo ningún tipo de “apoyo del Ejército afgano” y que además “nadie resultó herido”.
Las protestas de cientos de simpatizantes del comandante desde primeras horas de la mañana obligaron al cierre en la capital regional de colegios, mercados y carreteras, donde los manifestantes quemaron neumáticos entre gritos de “muerte a los americanos”.
“Se trata de un complot contra nuestros líderes, no permitiremos a los extranjeros que cometan este tipo de acciones”, afirmó a Efe Sadruddin, uno de los manifestantes, quien añadió que acciones como esa provocan que aumenten las simpatías hacia los talibanes.
El jefe de Gobierno de Afganistán, Abdulá Abdulá, sentenció durante su comparecencia semanal que esta redada es un “asunto sensible”, por lo que pidió explicaciones al respecto al comandante de la OTAN en el país, el general estadounidense John Campbell.
“(Campbell) me hizo algunas aclaraciones. Debemos estar seguros de que no se trató de una trama contra ellos (las tropas extranjeras) y que no fueron víctimas de una información falsa”, señaló Abdullah, que aseguró que algo así no volverá a pasar.
La OTAN puso punto final en 2014 a su misión de combate en Afganistán, la ISAF, sustituida desde enero de 2015 por una operación con 4,000 soldados en tareas de asistencia y capacitación, y que será seguida a su término de otra liderada por civiles pero con un componente militar.
Estados Unidos mantendrá desplegados a 9,800 militares hasta final de de 2015 como parte de su misión “antiterrorista” en Afganistán, después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, ordenara la ralentización de la salida de las tropas de ese país prevista inicialmente para este mismo año.