El caso de Alessio Casimirri representa para Italia una “herida” que aún no se ha cerrado, dijo ayer el embajador de Italia en Nicaragua, Renato María Ricci, durante una visita a la Asamblea Nacional.
Casimirri fue condenado en Italia por participar en el secuestro y asesinato del ex primer ministro Aldo Moro en 1978, pero desde hace más de veinte años vive en Nicaragua, donde tiene un restaurante.
“Alessio Casimirri no hace parte de los revolucionarios de la conciliación nacional, es un delincuente común que obtuvo la nacionalidad de Nicaragua”, manifestó el diplomático.
El embajador Ricci reconoció que su país no fue capaz de extraditarlo en los más de veinte años que Casimirri lleva en Nicaragua, debido a que adquirió la nacionalidad nicaragüense. La legislación de Nicaragua no permite la extradición de los nacionales.
“Hablo con mucha sinceridad, no fuimos capaces de resolver el problema durante (más de) diez años de gobierno liberal… No se puede resolver ahora con el gobierno sandinista”, dijo el embajador italiano.
BUENAS RELACIONES
Aun así, Ricci aclaró que el caso de Casimirri “no es un problema grande” y que no afecta las relaciones entre Nicaragua e Italia.
Recientemente el subsecretario de asuntos exteriores de Italia, Mario Giro, estuvo en Nicaragua para reunirse con empresarios nicaragüenses, con el objetivo de acordar inversiones en el país.
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