Las autoridades echaron las últimas paladas de tierra —literalmente— al caso Nahúm la mañana de ayer, cuando las evidencias contaminadas del triple crimen ocurrido el 26 de marzo en el barrio Los Ángeles, de Managua, fueron enterradas.
El juez Cuarto Distrito Penal de Juicio de la capital, Carlos Silva Pedroza, hizo efectiva esa orden junto con agentes de la Policía Nacional, en el cementerio de Ciudad Sandino.
El juez Silva dijo que estaban cumpliendo con la destrucción de algunas evidencias que estaban contaminadas con sangre de las tres víctimas: Santos Bravo (padre de Nahúm), Lucía Bravo Murillo (media hermana de Nahúm) y Rosibel Murillo (madrastra de Nahúm).
“No se había podido hacer eso porque las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) informaron en su momento que no se podía hacer una incineración, porque era mucha la cantidad de evidencias y que además eso afectaba la salud”, detalló Silva.
Asimismo agregó que fueron los agentes de la Policía los que hicieron la coordinación con las autoridades edilicias de Ciudad Sandino. “Bajo la recomendación del Minsa, de que lo ideal era enterrar esas evidencias”, explicó el juez Silva.
Manifestó que lo enterrado era ropa y todas las evidencias que estaban de alguna forma contaminadas con líquido y que ponían en peligro la salud de los agentes que las resguardaban.
RECIPIENTE SELLADO
Todas las evidencias que fueron sepultadas estaban dentro de un recipiente de plástico, el cual fue sellado.
“No nos tomamos la molestia de abrirlo, porque era afectar a las personas que están acá (en el cementerio) y el Minsa dijo que no era ideal abrirlo y de hacerlo habría que ponerse un traje especial”, explicó el juez Silva.
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