Se ha estado discutiendo últimamente sobre quién debe pagar las reparaciones de las viviendas en las urbanizaciones que fueron inundadas durante las fuertes lluvias de junio recién pasado, así como la reposición de los bienes domésticos destruidos o averiados.
El asesor económico presidencial, Bayardo Arce, advirtió al respecto que las empresas urbanizadoras deben ofrecer un seguro adicional, para cubrir estas eventualidades, a las personas y familias que adquieren viviendas en esas urbanizaciones; y por su lado, el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri, aseguró que hay negociaciones con al menos una parte de los afectados y que tiene la esperanza en que lleguen a un buen acuerdo.
Pero este es un problema antiguo y repetitivo al que cada vez le ofrecen soluciones pero nunca lo terminan de resolver.
Hace 51 años, exactamente el 11 de junio de 1961, el doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal escribió un editorial de LA PRENSA titulado Alguien debe responsabilizarse, que vale la pena reproducir para comprobar cómo se repite este problema y la incapacidad de las autoridades correspondientes para resolverlo.
En aquel editorial decía el Director Mártir de LA PRENSA en forma textual:
“Alguien debe responsabilizarse por los daños que el invierno está causando en Nicaragua, principalmente en las zonas aledañas a la capital. Alguien decimos, refiriéndonos, ya sea al Ministerio del Distrito Nacional (como se llamaba la Alcaldía de Managua), o a la Oficina de Urbanismo o el INVI, pues la falta absoluta de buena planificación ha producido daños materiales en perjuicio de los particulares que confiaron en la eficiencia y seriedad de estos tres organismos.
“¿No se necesita el consentimiento de Urbanismo y del Distrito para la construcción de nuevas colonias? ¿No son aprobados los planos de estas, y su ubicación, por ambas entidades? ¿No está planificado por Urbanismo el crecimiento de Managua? ¿Y la ubicación de las colonias del INVI, no se hace previo estudio de los ingenieros que trabajan para este?
“Estamos sabiendo la noticia de que se ha formado una Comisión de Ingenieros para defender Managua, para hacer obras de emergencia que puedan contener o aliviar las corrientes que destruyen calles, dañan casas y arruinan muebles. La medida en tesis es buena, si no fuera porque la misma Comisión nombrada está compuesta precisamente por aquellos funcionarios cuyas entidades son las causales del desastre.
“Además de eso, si es bueno que se organice una Comisión con elementos capaces para defender Managua y dotarla de cuanto medio esté al alcance del Gobierno para desempeñar bien su labor, también es bueno que se realice una investigación para puntualizar la responsabilidad de cada quien en lo ocurrido.
“Los daños son muy serios, y hay muchos damnificados, para que una responsabilidad semejante quede en la oscuridad. ¿A quién debe imputarse un descuido tan monumental como el que estamos viviendo?
“ Solamente el Distrito Nacional, la Oficina de Urbanismo, y en su caso particular el INVI, pueden responder a esta pregunta, y es necesario que respondan”.
Han pasado más de cincuenta años y el problema sigue siendo el mismo. Muy bien dice el filósofo Serrano Caldera, que Nicaragua es un país que se mueve, pero como en una bicicleta estacionaria.