El año 2015 marcó el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. La guerra dio inicio con la invasión alemana hacia Polonia en 1939, y finalizó en 1945 cuando se rindieron los alemanes y japoneses. Según el número de batallas, periodo de tiempo que perduró la guerra, el número de países involucrados, esquema de víctimas y daños materiales, esta guerra es, sin duda, la más destructiva, más trágica y de mayor escala en la historia humana.
Afortunadamente, América Latina no fue campo de batalla de esta guerra, los países latinoamericanos tampoco fueron parte del conflicto de manera directa. Para mucha gente en el mundo, la impresión de la Segunda Guerra Mundial quedó grabada en las famosas batallas como la batalla de Inglaterra, la de El Alamein, la de Stalingrado, la de Kursk, la de Normandía y la de Midway.
Según el profesor Rana Mitter, un famoso historiador de la Universidad de Oxford, se ha olvidado la batalla de China. El profesor Mitter expuso en su libro Un Aliado Olvidado (Forgotten Ally) que para China, la Segunda Guerra Mundial comenzó en 1937 y duró ocho años. Lo cual quiere decir, que China se involucró en la guerra dos años antes que Francia y la Gran Bretaña, y cuatro años antes que Estados Unidos. De hecho, China se defendió de la invasión japonesa de forma casi solitaria, sin alianza con los países antes mencionados durante esos cuatro años, hasta que los japoneses atacaron el puerto La Perla a finales del año 1941 y los americanos declararon estado de guerra contra el entonces imperialista y militarista Japón.
Durante ocho años, en China explotaron miles de batallas, cinco millones de efectivos militares chinos batallaron, con un saldo de tres millones de muertos, y como daño colateral, catorce millones de civiles perdieron la vida a causa de la guerra, hambruna o enfermedades. El papel de China en esta guerra suele ser olvidado porque inmediatamente después de la guerra, China entró en guerra civil por la debilidad del país como consecuencia de esta guerra.
No obstante, China hizo importantes contribuciones a la victoria final, según señala el libro de Mitter. Ochocientos mil soldados japoneses con modernos armamentos fueron “bloqueados” dentro de los límites de China por el ejército leal al general Chiang Kai-sek el entonces presidente de la República de China (Taiwán), lo cual evitó que las tropas de Japón se reunieran con las de Alemania e Italia en Centro Asia. Si no fuera así, las batallas en Europa posiblemente hubieran sido muy diferentes.
En Taiwán recientemente se celebraron los 70 años de la victoria de la guerra contra los japoneses. La conmemoración se debe a que el exmandatario de Taiwán, el general Chiang, Kai-sek fue el líder nacional de China quien respondió a los llamados de todos los diferentes sectores del país, incluyendo el entonces Partido Comunista y su líder, Mao, Tse-tung para detener la invasión japonesa.
El ambiente de la conmemoración fue el de no agitar los odios y no presumir la victoria, pero la trágica historia de la guerra jamás se olvidará.
El autor es Embajador de Taiwán.