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Enrique Sáenz

¿Parte sin novedad?

Juan de Dios Cortez se llamaba el cañero que protestaba en Chichigalpa, reclamando una indemnización por daños a su salud, cuando disparos policiales acabaron con su vida. En el mismo incidente, José Ignacio Balladares, de 14 años, recibió un balazo en el rostro. A Juan de Dios le pagaron el ataúd y lo enterraron con todo y sus reclamos. Y parte sin novedad.

María del Carmen Aguirre, de 60 años, recibió una bala en el muslo, mientras Antony Conrado, de 20 años, recibió un disparo en el brazo. Salvaron la vida milagrosamente. Ocurrió en Managua, en el kilómetro 8 de la Carretera Norte. No hace mucho. El agresor fue un escolta de Aminta Granera. Según testigos, el policía rafagueó, sin atinar, a un motorizado que tuvo la imprudencia de pasar junto a la caravana de la jefa policial. La acción homicida pudo ocasionar una verdadera tragedia dada la cantidad de personas que circulan en el perímetro. La Policía declaró oficialmente que los disparos fueron accidentales. Y parte sin novedad.

Joel Chavarría era un minero de Bonanza, quien reclamaba por sus derechos a la empresa extranjera explotadora de la mina. Murió hace unos dos meses, víctima de disparos policiales. Y parte sin novedad.

Mariel Silva Barquero, conducía su vehículo en un barrio de Managua y repentinamente fue atacada a balazos desde una motocicleta conducida por un policía vestido de civil. Cuando la señora se detuvo, el perseguidor le puso la pistola en la cabeza, al tiempo que la interrogaba. Sobrevivió de milagro. La víctima denunció los hechos en el Distrito IV de la Policía, allí le manifestaron que fue un error. Y parte sin novedad.

Kevin Bautista López, falleció en Totogalpa con un balazo policial en la cabeza, mientras observaba las protestas de un grupo de transportistas. La Policía ofreció realizar una investigación. Hasta allí. Parte sin novedad.

Francisco Javier Ponce fue capturado en su casa, en Rivas, por unos enmascarados, pasó unos días desaparecido y después apareció cadáver, en las mazmorras de El Chipote. Suicidio, dijo la Policía. Y parte sin novedad.

Pablo Hernández resultó muerto por disparos policiales en el barrio Monseñor Lezcano, mientras conducía su motocicleta, no hace mucho. La Policía inicialmente informó que había sido víctima de un asalto. Pero Carlos Alberto Méndez, lesionado también por los disparos, echó por tierra la versión policial. Y parte sin novedad.

Efrén Herrera cayó abatido en un retén policial en Somoto. La familia denunció ante una organización de derechos humanos hasta los nombres de los autores de los disparos. Parte sin novedad.

Todos estos hechos acaecieron en tiempos recientes.

La noche del sábado 11 de julio, la tragedia se ensañó en la familia Ramírez. Murieron Catherine Ramírez de 22 años, Aura Marina Reyes Ramírez, de 11 años y José Efraím Pérez Ramírez, de 13 años. Mientras la niña Miriam Guzmán Ramírez y el niño Axel Reyes se encuentran en estado delicado. Todos masacrados por la Policía.

Obviamente este no es un listado exhaustivo de víctimas mortales de la Policía en los últimos tiempos. Pero son casos suficientes para demostrarnos, primero, que los abusos policiales, incluyendo la violencia homicida, a estas alturas no son excesos aislados: constituyen un patrón de comportamiento. Segundo, que no están focalizados en zonas de alta peligrosidad: se repiten a lo largo y ancho del territorio nacional. Tercero, que toda la ciudadanía está expuesta a la tragedia independientemente de si circula de día o de noche; en campo o ciudad; a pie o en vehículo; en zonas aparentemente seguras o zonas expuestas; si está en su casa, en la cárcel o en la calle; si es hombre o mujer; si es adolescente, niña o niño. Salvo los que transitan con caravanas de guardaespaldas, nadie, absolutamente nadie, puede considerarse a salvo.

Que conste: no me estoy refiriendo a capturas o detenciones ilegales; ni a golpizas o torturas a prisioneros; ni allanamiento o apropiación indebida de bienes; ni de bombazos a control remoto, o actos de represión política. Abundan las denuncias sobre este tipo de atropellos. Estamos hablando del sagrado derecho a la vida. Hablo de acciones en contra de nicaragüenses a quienes la Policía arrebató la existencia o estuvo a punto, sin causa alguna.

La tragedia en las Jagüitas, por sus dimensiones y por cebarse en mujeres, niñas y niños, exhibe la llagada en que el régimen ha transformado el cuerpo policial. Y quedemos claros. Estos hechos no se remedian castigando a los autores materiales de la masacre, algunos de los cuales probablemente sean exhibidos como chivos expiatorios. Por supuesto, deben ser castigados, pero no basta. Debemos penetrar al fondo del asunto.

¿Por qué razones los perpetradores se sienten con la autoridad para actuar por encima de la ley?

Por la certeza de estar cobijados por la impunidad.

¿De dónde extraen los malhechores la certidumbre de estar amparados por un manto de impunidad?

El régimen les ha mostrado que la lealtad al monarca es más importante que la lealtad a las leyes. La retribución es la impunidad.

En consecuencia, los verdaderos responsables son quienes provocan la descomposición del cuerpo policial al intoxicarlo de impunidad, prepotencia, irrespeto a la ley, desprecio a las libertades y derechos ciudadanos, partidarización y subordinación a los designios del monarca. Esos son los responsables.

Mientras no logremos revertir esta descomposición, todos corremos el riesgo de ser acribillados, en el momento o sitio más inesperado, sin decir agua va.

Y parte sin novedad.

El autor es diputado MRS en la Bancada del PLI

COMENTARIOS

  1. elhombredelamancha
    Hace 9 años

    A Don Enrique/A Dona Vilma Nunez/ (El espacio es muy limitado pero, por fa-
    vor publiquese).1.Un cuerpo policial puede cometer errores a.sistemicos.
    b.de procedimiento.c.sin intencion.//2.La solucion no es que la policia se
    autoinvestigue y dictamine.//3.En algunos paises existe un cuerpo civil ajeno de la policia que conduce investigaciones criminales cuando la policia ha cometido ofensas, muerte/heridos, abusos sexuales contra civiles.

  2. elhombredelamancha
    Hace 9 años

    1.La 1a.dama/cra/esposadelpueblopresidente/ ha hecho de la papeleria ofi-
    cial del pais una caricatura: el escudo, los arbolatas…
    2.Nicaragua ha devenido a ser cada vez mas una caricatura
    3.Algunas veces es la policia reprimiendo una protesta civica, en otras
    la policia “bala en boca” hiriendo, matando inocentes.
    4.La policia brindando sus informes oficiales lavandose las manos, justicando sus graves errores…y no ha pasado nada.
    5.Somos caricatura…de mal gusto…grotesca…

  3. Pedro
    Hace 9 años

    Muy bien sus palabras. Tal vez le abren los ojos a miles de personas y se dan cuenta que estamos viviendo una dictadura. Tarde o temprano a esos ciegos que comulgan (COSEP, Banca Privada) con este gobierno van a también sufrir de este regimen.

  4. ramiro
    Hace 9 años

    Bien expresado, si la polinarco disparan a plena luz, es por que saben que nada les pasará y serán premiados con lo descomisado.

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