Sobrevivir con un ingreso mensual de unos cuatro mil córdobas en el mes se ha convertido para María Sánchez, de 28 años, un reto que jamás imaginó.
Atiende un carrito de comidas rápidas en el sector del hospital Monte España y además de costear sus estudios debe asegurar dinero para sus gastos personales y apoyar a su familia.
“Es todo un reto porque definitivamente tenés que aprender a administrar bien cada córdoba. Al final del día evito quejarme, pero soy consciente que los salarios son bajos aún y cuando tengás estudios”, expresó.
Sánchez forma parte de una población vulnerable, considerada así por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), por ganar entre cuatro y diez dólares por día.
Con los cuatro mil córdobas (unos 146 dólares), Sánchez percibe un promedio diario de cinco dólares.
Y es por este grupo de personas que el PNUD recomienda en su Informe Regional de Desarrollo Humano 2015-2016, Progreso multidimensional: bienestar más allá del ingreso, que se publicará en 2016, que la inversión social es de vital importancia para que estas personas den un paso hacia la clase media, a la que ubican de acuerdo a su ingreso económico en aquellas que perciben entre diez y cincuenta dólares al día.
“Más crecimiento económico pero que cree solo empleos precarios no impedirán que este grupo —que representa una de cada tres personas de la región— recaiga en la pobreza, ya que requiere de fortalecer sus capacidades, aumentar sus activos y tener acceso a redes de protección social”, expresó mediante comunicación electrónica la directora del PNUD para América Latina y el Caribe, Jessica Faieta.
“Para evitar retrocesos y dar un salto social hay que invertir en la gente”, agregó Faieta quien ve la necesidad que en los países de Latinoamérica, incluyendo Nicaragua, se preste mayor atención a la situación económica de un núcleo poblacional en crecimiento.
Elizabeth Membreño, consultora independiente especialista en desarrollo económico, sostiene que en Nicaragua es necesario saber dirigir los ingresos en educación y salud, pues ambos sectores que son pilares fundamentales para el bienestar de la población y que a mediano y largo plazo incide en un mejor desempeño en las personas.
“Mayor inversión social simplemente es garantizarle a la población su derecho a educación, salud o bien que pasen de tener ingresos tan bajos a otros que les garanticen hacer mejoras en sus casas. Ese es inclusive uno de los indicadores que se toma muy en cuenta cuando una persona tiene la posibilidad de tener piso en su vivienda o al menos paredes de madera o concreto porque evidencia mejoría”, manifestó Membreño.
SE NECESITAN NUEVAS ESTRATEGIAS
De acuerdo con la comunicación preliminar del PNUD, el crecimiento económico por sí solo no va a reducir la pobreza y la desigualdad en América Latina y el Caribe.
“Está claro que más de lo mismo en crecimiento y en políticas públicas ya no rinde más de lo mismo en reducción de pobreza y desigualdad”, dijo Faieta.
“Un mayor crecimiento económico no conduce necesariamente a generar un mayor progreso social, tenemos que tener políticas diferentes, también en un momento en que se agotan los recursos fiscales para expandir las redes de protección social”, añadió.
PREDOMINA SUBEVALUACIÓN
En Nicaragua las autoridades del Ministerio del Trabajo (Mitrab), cada año aprueban en conjunto con la empresa privada y los sindicatos, un ajuste a la paga mínima de los trabajadores, siendo para 2015 de 11.48 por ciento para el sector agropecuario, 9.80 por ciento para la micro, pequeña y mediana empresa y 10.98 por ciento para el resto de sectores que exceptúan el régimen especial de zona franca.
Aún con ese ajuste a la paga mínima este 2015, el sector agropecuario y la micro y pequeña industria artesanal y turística son los sectores económicos con los ingresos más bajos, siendo de unos 118 dólares al mes y un promedio de cuatro dólares al día en el primer sector mencionado y 128 dólares para el segundo, que en promedio por día es de 4.2 dólares.
Para Membreño uno de los aspectos más influyentes en la estructura de pago para los trabajadores, independiente al sector, es la subevaluación de la capacidad de la persona ante la creciente mano de obra en el país.
“Y si a ello le agrega que el pago es en córdobas, en una economía que depende del dólar, se da cuenta que el golpe en el ingreso de la persona es fuerte”, explicó la especialista en desarrollo económico.
PREFIEREN PAGO POR PRODUCCIÓN
El presidente del Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), Alejandro Delgado, afirma que han realizado un esfuerzo porque a este grupo de trabajadores se les pague por encima de lo establecido en la paga mínima y reconocer así al trabajador.
“Uno de los acuerdos que se ha logrado con los trabajadores es el pago por producción. Por ejemplo en el caso de las zapaterías o mueblerías hay personas que en una semana pueden sacar hasta tres mil córdobas. Es cierto que se trabaja bastante pero le es viable a ambas partes”, explicó Delgado.
Según el presidente del Conimipyme este es uno de los acuerdos que por años han empleado, y aunque en ocasiones han tenido inconvenientes con el Mitrab, tanto los propietarios como los trabajadores creen que es mejor.
“Si quisiéramos aplicamos un salario estable para el trabajador y es hasta mejor, pero la idea es trasladar el beneficio a la persona y que ellos se sientan conforme con lo devengado. Además que desde la pequeña y mediana empresa lo que buscamos es que la población se prepare y tenga salarios dignos y todos aportar a la economía nacional”, expresó el representante gremial.
MENOS CRECIMIENTO, MÁS POBREZA
El informe del PNUD explica que con la reciente reducción en el ritmo de crecimiento económico de la región, cerca de 1.5 millones más personas caerían en la pobreza hasta el fin del año, quienes a su vez se sumarían a los 1.7 millones de latinoamericanos que ya cayeron en la pobreza (viviendo con menos de cuatro dólares al día) en 2014. También muestra que lo que determinará la salida de la pobreza es la educación de calidad y la generación del empleo. Mientras que para evitar la recaída en la pobreza se requiere la existencia de redes de protección social y activos de los hogares.
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